Cursando recién cuarto medio, Jorge Miles, de 18 años, ha demostrado tener un intelecto superior al de sus pares. O al menos un nivel crítico mayor. Y es que mirando un “espacio sustentable” en su colegio, se realizó una pregunta que lo llevó hacer un importante descubrimiento.

“Si las plantas crecen adentro (de neumáticos) es porque hay microorganismos circulando: ¿servirá alguna de estas bacterias para enfrentar la contaminación producida por los neumáticos?”, se cuestionó.

Así fue como enfocó su último año en el Instituto Luis Campino de Providencia en una ardua investigación, en compañía del bioquímico y profesor Patricio Kim.

ARCHIVO | maxpixel
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Como parte de las indagatorias, recorrieron el bosque Chuchunco en Estación Central, un recinto reconocido por ser un exvertedero lleno de caucho enterrado. Las muestras tomadas en ese lugar revelaron que había presencia de dos organismos.

Según recoge el diario de circulación nacional Las Últimas Noticias, se trata de la bacteria cocacea gram positiva y el hongo dorado, caracterizados por sus capacidades de eliminar caucho en el proceso de alimentación.

El mismo alumno detalló que “tienen gran potencial de actuar sobre este material y lograr algo increíble: pasar de mil a sólo 10 años en degradarse”, lo que podría significar un gran avance medioambiental.

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Los expertos, además, trabajan en un “birreactor artesanal”, con el que esperan comprobar su teoría, evidenciar la eficiencia de las bacterias, y buscar la fórmula que permita la disminución de la contaminación por caucho.

Destacan que el valor de este producto podría ser de entre 10 mil y 15 mil pesos, en contraste con los ya existentes que fluctúan los 2 millones de pesos.

“Se podría implementar como un spray biológico en los últimos dos años de vida útil de un neumático, para que mientras se esté desgastando comience el proceso de degradación”, explicó el adolescente.

Para 2023, serán más de 4 mil millones los neumáticos desechados en todo el mundo y, si bien parte de ellos se recicla, por lo general van a parar a los campos o al mar.