Para las personas que cuidan su alimentación para no ganar peso, les preocupa no comer en la noche, especialmente después de las 20:00 horas, pero una nueva evidencia sugiere que existen consecuencias aún más alarmantes si lo haces: enfermedades cardíacas y diabetes.

Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México descubrieron que comer tarde va en contrar de nuestro reloj biológico, y analizaron cómo nuestros estilos de vida desincronizados pueden afectar a nuestra salud en general.

El documento publicado señala que investigaciones previas ya han demostrado que alterar los ritmos circadianos, es decir, los cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo diario, y que responden, principalmente, a la luz y la oscuridad en el ambiente de un organismo, podría causar irregularidades metabólicas, consigna el portal estadounidense, Newsweek.

La investigación

Para estudiar los efectos de la comida a medianoche, el equipo alimentó ratas al comienzo de su período de descanso (en humanos, esto sería justo cuando oscurece, según el autor principal del estudio y neurobiólogo Ruud Buijs) y también durante su fase activa.

Creative Vix (CC0)
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Los investigadores descubrieron que las ratas tenían niveles más altos de grasa en la sangre después de una comida durante el tiempo de descanso. Después de eliminar una parte del cerebro del animal que regula el ciclo de 24 horas, la variación en la grasa desapareció.

Como los altos niveles de grasa encontrados en la sangre están relacionados con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca y diabetes, el equipo concluyó que comer tarde aumenta el riesgo de estas enfermedades crónicas.

“Probablemente el crimen más grave contra nuestro reloj es comer hasta altas horas de la noche”, dijo Buijs. Además, explicó por qué comer el almuerzo no causa el mismo aumento en los niveles de grasa, y la razón es relativamente simple: nuestros cuerpos no están preparados para una avalancha de calorías en la noche.

De la misma forma, el especialista dijo que debido a que nuestros relojes biológicos están sincronizados por la luz y el día, nuestros cuerpos usan estas señales para prepararse para los modos activo y de sueño. Entonces, si comes de noche el cuerpo se confunde y no puede manejar los nutrientes. “Estos se adhieren a su cuerpo por períodos más largos y son absorbidos por el tejido adiposo”, explicó Buijs.

La psicóloga Cassandra Gipson-Reichardt, investigadora externa que estudia neurobiología y adicción en la Universidad Estatal de Arizona, coincidió con el estudio y afirmó que es una adición interesante al progreso ya realizado explorando la nutrición, el microbioma y el cerebro.

Pixabay (CC0)
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Asimismo, indiscó que los patrones de alimentación anormales podrían afectar nuestros relojes y provocar enfermedades cardiovasculares entre otros trastornos. “Por lo tanto, es de gran importancia que prestemos atención a lo que comemos y cuando lo comemos”, concluyó.

Pero exactamente ¿a qué se refieren los especialistas con no comer “muy tarde”? Buijs dijo que es mejor evitar comer después de las 21:00 horas, que es un consejo que incluso los que no lo hacen pueden seguir.