Un diálogo de alto simbolismo diplomático pero también filosófico tuvieron este fin de semana los astronautas de la Estación Espacial Internacional, quienes desde el espacio exterior tuvieron un contacto satelital con el Papa Francisco desde el Vaticano.

El sacerdote llamó a la estación espacial el “pequeño palacio de cristal”, y no tuvo inconvenientes para plantearles a los cosmonautas problemas propios de la reflexión sobre el hombre y el universo. La traducción estuvo a cargo del astronauta italiano de la Agencia Espacial Europea (ESA), Paolo Néspoli.

Este fue el mensaje de bienvenida: “Santidad, bienvenido entre nosotros a la EEI, a la expedición 52 y 53”. Francisco,
por su parte, respondió: “Buenos días o buenas tardes, porque cuando se está en el espacio nunca se sabe”.

El comandante de la tripulación, Randolph Bresnik, los ingenieros rusos Segey Nikolaevic Ryazanskiy y Alexandr Misurkin, y los estadounidenses Mark T Vande Hei y Joseph Acaba fueron los protagonistas del contacto satelital, el cual estuvo marcado por las reflexiones espirituales.

“La astronomía nos hace contemplar los horizontes sinfín del Universo y provoca preguntas como: ‘¿De dónde venimos?’, o ‘¿adónde vamos?’. Doctor Nespoli, de su experiencia, ¿cuál es su pensamiento sobre el lugar del hombre en el Universo?”, preguntó el Papa. La respuesta fue seca:

“Me gustaría que alguien como usted, filósofos o poetas, pudieran venir aquí. Ése será el futuro, venir para explorar qué significa ser un ser humano en el espacio”, dijo el italiano.

“Es el amor el que mueve el sol y al resto de las estrellas. ¿Qué sentido tiene para todos ustedes llamar amor a la fuerza que mueve el universo?”, interrogó otra vez el sacerdote, en un diálogo donde se citaron los libros “La Divina Comedia” de Dante y “El Principito” de Antoine de Saint-Exupéry.

“El amor es esa fuerza que te hace arriesgar la vida por los demás”, reflexionó el ruso Misurkin. “A nuestra velocidad orbital de 10 kilómetros por segundo, vemos la Tierra con otros ojos: la vemos sin fronteras, con una atmósfera tremendamente fina y frágil, y mirarla de este modo nos permite pensar como seres humanos que deberíamos colaborar por un futuro mejor”, dijo el astronauta estadounidense Mark T Vande Hei.

“¡Ustedes viven en un pequeño palacio de cristal! La totalidad es más grande que la suma de las partes y ése es el ejemplo que ofrecen”, comentó el Papa.