El robo de un furgón de Carabineros de servicio en el Barrio Estación esta madrugada en Concepción, nada tiene de gracioso. Por el contrario, es la señal más preocupante de la falta de respeto y de la total descomposición a la que llegamos en la ciudad.
Lo peor de todo es que a los 3 autores nada les importó, ni siquiera lo abandonaron a pocas cuadras, sino que se lo llevaron como trofeo, sabiendo que era imposible de ocultar.
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Fueron detenidos cuando seguían movilizándose en el vehículo policial robado a 4 carabineros ya en otra comuna, en San Pedro de la Paz. La seguridad se quebró en mil pedazos y hace tiempo lo dice la gente en las calles, los comerciantes en sus locales. Nadie se salva ni en sus casas, nadie, ni la policía y afecta gravemente las confianzas.
Un niño de 13 años y dos hombres de 35 y 31 años fueron los autores. Habrá que ver lo que hará la justicia, pero éstas son las consecuencias de una tolerancia sin límites que escala vertiginosamente una enfermedad que empezó con empujones, con golpes, fuertes insultos, uso frecuente de armas de fuego contra funcionarios y sus vehículos, en la mayoría de los casos, en la más absoluta impunidad.
Si no se frena vamos a un abismo en el que todos vamos a caer como víctimas, cuyo padecimiento tiene el peor de los pronósticos.
