En nuestra crónica pasada, enfocamos un análisis de la realidad noticiosa internacional en la perspectiva psicológica del llamado “idiotismo moral”.

Ahora, fíjese usted que el mismo término de “idiotismo moral” puede entenderse como lo contrario de una “inteligencia moral”, una característica del Grupo Zoológico Humano que nos acompañó durante todo el dramático proceso de la evolución, posiblemente a partir de una especie de pequeños simios originarios del sur de Europa, los Ramapitecos, que se extinguieron hace unos 8 millones de años, pero que dejaron la semilla genética de nuestras razas humanas actuales.

Esos remotos abuelos nuestros al parecer compartían la estructura psicológica “instintiva” de todos los demás animales de manada. Admitir, por ejemplo, diversas categorías y deberes, que forman una especie de jerarquía casi militar. Por ejemplo, en las manadas de ciervos, los machos alfa, los más fuertes y mejores líderes, tienen que colocarse en la parte de atrás de la manada cuando se desplazan.

Esto, porque cuando son atacados por depredadores, especialmente por manadas de lobos, los machos alfa deben enfrentar el peligro, combatiendo incluso más allá de la esperanza de sobrevivir, pues con ello ganan el tiempo necesario para que los demás puedan alejarse del peligro.

Escucha la crónica de Ruperto Concha: