Y bien, ayer finalizó en Río de Janeiro, la primera Olimpiada en tierra latinoamericana.

Estados Unidos conquistó 116 medallas, de las cuales 43 fueron de oro. Segunda fue China con 70 medallas, 26 de oro. Tercera, Gran Bretaña con 66 medallas, 27 de oro.La gran sorpresa, a pesar de los brutales ataques sobre el tema de antiguos casos de doping, que redujeron a menos de la mitad su representación olímpica, fue Rusia, queien se elevó alcanzando el cuarto lugar, con 53 medallas, 17 de oro. Por encima de Alemania, Japón, Francia, Italia y Austria.

Pero en fin, detrás del atlético encandilamiento, América Latina estaba ganando y perdiendo mucho más que medallas. Partiendo desde México, que alguna vez fue el gran faro de la cultura latinoamericana y que ahora aparece como una fosa de corrupción, crimen y desesperación.

Pese a su total entrega a las condiciones impuestas por Estados Unidos, su economía ha seguido estancada en proporción similar a la de Chile.

Argentina, conducida por un gobierno que está en conflicto con la Corte Suprema que está anulando por ilegales numerosas decisiones del gobierno de Macri, de nuevo se está encontrando al borde de la recesión.

Brasil sigue en plena recesión – agravada ahora por la incertidumbre política. También Ecuador aparece en una recesión más bien leve, en lo que va de este año, el 1%. Perú se da por satisfecho con un crecimiento del 3.7%, mientras que Chile reduce sus esperanzas a un triste 1,5% en 2016.
Paraguay se empina a un 3%. Uruguay está estancado en un crecimiento de sólo el 1%. Colombia alcanzó un 3%.

En Venezuela, la caótica situación política impide prever cifras de crecimiento económico, pero, a pesar del desabastecimiento, el alza del petróleo y medidas comerciales con Colombia hacen prever un año menos malo de lo que muestra la hostil prensa europea y estadounidense. De hecho Venezuela no está en peligro de caer en default.

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