Las dos últimas semanas han sido de un vértigo político comunicacional único en España. El modelo autonomista español diseñado someramente por la constitución de 1978 ha hecho crisis radical. El llamado proceso independentista liderado desde 2010 a 2016 por el ex Presidente de la Generalidad, Artur Mas, y llevado al extremo por el actual, Carles Puigdemont desde 2017. Tiene un correlato de profunda debilidad del Gobierno Central de Madrid. Un escabroso proceso constituyente de Gobierno de cerca de un año posiciona en la Presidencia a un Mariano Rajoy debilitado por los pactos políticos y en medio de un desprestigio brutal de la clase política toda.