La fealdad de Piñera

No es solo la incomodidad con su cuerpo. No es tampoco un problema del sastre. Es que el hombre se ve a sí mismo como el hermano delgado, inteligente y alto, el del Mercedes Benz; pero se mira en el espejo y se encuentra con los modelos encogidos y cargados a la gordura y a la mancha de sus hermanos menores. Se viste de esbelto, se siente chico y está permanentemente compensando la falta de elasticidad del traje con sus tics, sus movidas de cuello y sus arremangues. No hemos encontrado el terno que se ajuste a la personalidad múltiple de su portador.