Terror

Vivimos días de espanto. Chile bajo las llamas y el mundo enfrentado a la crisis política más peligrosa desde la Segunda Guerra Mundial. Resulta comprensible que se haya extendido una sensación de terror. Para evitar que alcance dimensiones peligrosas, es urgente apelar a lo mejor de todos nosotros. Para recuperar la esperanza hay que enfrentar sus causas profundas con valor, lucidez, responsabilidad, amplitud y unidad, pero esencialmente con resolución. Al mismo tiempo, reprimir implacablemente a quienes lo promueven de modo inconsciente o deliberado.