Fidel

Tras su muerte, anciano, lúcido, en paz y rodeado de la veneración de todos los pueblos del mundo, su estatura se agiganta y jibariza la calaña miserable de sus enemigos de todos las raleas. Legó al pueblo de Cuba la mutación de su condición secular de campesinos ex esclavos, analfabetos y cortos de vida, ignominiosamente sometidos a planteros y gangsters extranjeros, en una fuerza de trabajo urbana notablemente sana y calificada, y un Estado fuerte y universalmente respetado por ser el más orgullosamente independiente y digno.