Una negligencia queda corta, una falta de respeto también. La falta de estas empresas es inhumana, agrede la dignidad de las personas, para ellos clientes. Podrán tener sus excusas y explicaciones, pero el daño -tal como ha ocurrido en otras injusticias del mercado- es casi irreparable, porque con esto no han hecho más que engrosar, con la complicidad del Estado, la larga lista negra que los chilenos tienen de empresas que sólo ven con rabia, pero por sobre todo impotencia.
Cortes de luz: La complicidad de un Estado irresponsable
