Pensiones millonarias: ¿Una nueva casta?

Sobran los datos para alimentar la polémica generada por los altos montos de algunas pensiones de funcionarios de Gendarmería.

En un primer momento se centró el debate en las pensiones de algunos oficiales. Pero un reportaje de La Radio mostró que suboficiales y personal civil también obtenía pensiones de alto monto, superiores a las 60 UF que definió como límite máximo el contralor Jorge Bermúdez.

Entre los casos de profesionales se mencionó el caso de la periodista Ema Myriam Olate Berríos, con una pensión superior a los 5 millones de pesos. Ella es la esposa del diputado socialista y actual Presidente de la Cámara, Osvaldo Andrade, quien dijo que “está con la pensión que, entiendo, le corresponde en conformidad a las normas legales”.

Eso es cierto. Lo que debe indagarse es cómo logró llegar, en los últimos meses en la institución, a un monto tan alto que se le otorgara una pensión de más de 5 millones de pesos.

Lo que ocurre en la administración pública es que hay varios resquicios de los que se abusa. El más recurrido es abultar la remuneración del último mes, porque con ese sueldo se calcula la pensión.

No es ilegal, pero sí cuestionable. Y si procedimientos cuestionables se convierten en práctica común, nos enfrentamos a un sistema que ha hecho del abuso su norma de conducta.