Tomás Mosciatti: “¿Todos por Chile? No es fútbol sino Bachelet”

El gobierno inauguró un nuevo concepto. Dio por obsoleto el “Juntos, un Chile mejor”, por “Todos por Chile”. Se habla de segundo tiempo, de realismo, de desconfianza. La altanería -en muchos casos, prepotencia- se termina no porque los deseos, las ideas primarias, las rabias, incluso, hayan cambiado. Ha ocurrido algo más pedestre, sin ideología: se acabó la plata. Ahora, pese a tantas advertencias, se viene a descubrir que Chile es muchos menos rico, mucho más frágil, más expuesto a los vaivenes que lo que se había pensado.

Pero, pese a los deseos de cambio pragmático, es posible que todo fracase. Cuadrar el círculo es siempre difícil y requiere de un talento que inexistente.

En este comentario, algunas reflexiones.

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