En la última teleserie de moda -chilena, no turca- un capitán de la Armada es reprendido por hacer campaña política a una encopetada candidata a alcaldesa de Valparaíso.
Y como a veces la realidad supera la ficción, el Ejército de Chile entró de lleno en la campaña senatorial de Arica a favor de la candidatura de Luciano Cruz-Coke (Evópoli), sentándolo en primera fila en el desfile que año a año se realiza en la ciudad de la eterna primavera, en conmemoración de la Toma del Morro de Arica.
La Comisión de Defensa de la Cámara ha pedido explicaciones y en esta columna recordamos dos principios fundamentales: las Fuerzas Armadas chilenas no son deliberantes y deben mantener una estricta prescindencia política.
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