Su historia es casi tan antigua como la de nuestra capital, remontándose al 30 de agosto de 1546, cuando el Cabildo entregó a Francisco de Riberos una merced de tierra de 200 cuadras ubicada al oriente de la recién fundada ciudad de Santiago.

Terrenos que pertenecieron a Indígenas: antes de la donación, la chacra perteneció al cacique Vitacura y fue utilizada por el español para sembrar y plantar viñas y frutales. Ya en el año 1793, se construye la casa vivienda a la manera de las alquerías españolas cuyo modelo se introduce en Chile en la segunda mitad del siglo XVIII.

En 1970, la construcción fue adquirida por el decorador Mario Matta Echaurren, quien pidió a la Municipalidad la concesión de la propiedad con el compromiso de restaurarla y abrirla al público. Inició una completa transformación, pero su temprana muerte, en 1972, dejó su labor inconclusa. Pocos años después, el deterioro de las construcciones llevó a su demolición, quedando en pie solamente el sector del siglo XVIII.

En 1984 el Consejo de Monumentos Nacionales declaró a Lo Matta Monumento Nacional, con el objetivo de evitar su total destrucción y motivar su recuperación. Ese año la Municipalidad encargó al arquitecto Patricio Gross la restauración del edificio, quien recuperó las características propias de esta construcción colonial, eliminando las intervenciones posteriores.

La invitación es a disfrutar de este monumento nacional del siglo XVIII y realizar un recorrido histórico. También disfrutar los remozados jardines de la casona.

Además, la agrupación Raíces del Norte realizará una intervención urbana en la explanada de Casas de Lo Matta a las 12:00 horas con una presentación de bailes andinos.