“La tentación de drogarte es una perra”. Con este sugerente título, el bajista de Red Hot Chili Peppers, Michael Peter Balzary, mejor conocido como Flea, publicó en la revista Time una columna donde retrata su adicción a las drogas y los problemas que ha tenido para combatir su dependencia a ellas.

En el texto, el músico contó sin adornos su brutal inicio en las sustancias ilegales. “He estado alrededor del abuso de sustancias desde el día que nací. Todos los adultos en mi vida regularmente se dopaban para olvidar sus problemas, y el alcohol o las drogas estaban en todas partes, siempre”, dijo.

Luego, agrega: “Comencé a fumar marihuana cuando tenía 11, y luego precedí a inhalar, inyectar, ingerir y fumar durante mi adolescencia y mis veintitantos”.

“Intentar ser un buen padre me inspiró a cuidarme, y en 1993 comprendí que las drogas eran destructivas, que me estaban robando la fuerza vital, y las dejé para siempre”, apuntó, sin obviar que la tentación siguió ahí durante años.

Flea
Flea | Agencia AFP | Bryan Bedder

Para Flea, dejar de ser un drogadicto no tuvo que ver con la voluntad: “Puedo meditar, hacer ejercicio, rezar, ir a terapia, o bien quedar con un traficante, comprarle un gramo por 50 dólares y arreglarlo todo en un minuto”, ejemplificó. “Lo que he tenido que aprender es a dar las gracias por mi dolor. Esa mentalidad me ha ayudado a no caer en la tentación de volver a consumir drogas”, reflexionó.

Las declaraciones del músico no son antojadizas: se pronuncian en días en que Estados Unidos plantea un debate sobre el consumo de estupefacientes, especialmente los opiáceos adquiridos con receta médica, y a cuatro meses que el presidente Donald Trump declarara una “emergencia de salud pública” por el alza de consumidores.

“Los analgésicos son necesarios, pero los médicos deben ser mucho más cuidadosos. Cualquier receta de opiáceos debe ir acompañada de un seguimiento. Las grandes farmacéuticas podrían proveer de estos servicios destinando solo un pequeño porcentaje de sus enormes ganancias”, propone el bajista.

“La adicción es una enfermedad muy cruel y la comunidad médica, junto al gobierno, debería ofrecer ayuda a todo aquél que lo necesite”, apuntó.