Cada cierto tiempo el guitarrista Brian May sorprende a los seguidores de Queen con alguna de sus declaraciones, ya sea para poner en valor el legado de la banda o para hablar del fallecido cantante Freddie Mercury. Esta vez optó por lo segundo, y lo hizo a través del prólogo de un nuevo libro sobre el grupo inglés: un completo álbum fotográfico y en tres dimensiones que repasa su historia en imágenes.

Parte de ese texto fue adelantado el fin de semana por el diario británico The Sunday Times. Allí, May se refirió por primera a vez a la lucha personal que dio Mercury contra el Sida.

May contó que Freddie perdió gran parte de un pie a causa de los efectos del síndrome, un poco antes de morir en 1991. La anécdota no es al azar: según el guitarrista, de haber comenzado antes un tratamiento médico, “tan solo unos meses antes”, Freddie hubiese podido vivir mucho más tiempo.

“El problema era su pie. Trágicamente, quedaba muy poco de él. Una vez nos lo enseñó durante una cena y dijo: ‘Brian, perdona si te he molestado mostrándote eso. Yo le contesté: ‘No estoy molesto, Freddie, excepto por haberme dado cuenta de que tienes que aguantar este terrible sufrimiento"”, recordó el guitarrista a través del periódico inglés.

“Perdió solo unos cuantos meses (…) Si hubiese sido un poco después él aún estaría con nosotros. Estoy Seguro. Pero no puedes irte por ese lado porque ahí radica la locura”, agregó el músico.

Brian May insiste en que el cantante habría podido evitar su muerte a los 45 años, gatillada por una fuerte neumonía bronquial. “Todavía estaría con nosotros“, cree May, convencido del poder curatorio de lo que llama un “cóctel mágico” de medicamentos.

En el mismo texto recordó otra de las infidencias de Mercury: cuando le contó que era homosexual, “años después de que resultara obvio”.

“Al principio, el grupo estaba en una situación apurada. No nos podíamos permitir habitaciones de hotel individuales, así que yo compartía habitación con Freddie (…) No hay mucho que yo no conozca sobre Freddie y con quién estaba en aquellos días, que no eran hombres, tengo que decir. Fue bastante obvio cuando los visitantes en el camarín comenzaron a dejar de ser chicas guapas y pasaron a ser hombres sexis”, dijo.