En los noventa, tras la irrupción de la escena grunge encabezada por Nirvana y otras afamadas bandas norteamericanas, desde el Reino Unido una nueva camada de músicos se encargaría de devolverle la hegemonía en Occidente a la música británica.

A dicho movimiento se le llamó britpop, y el término acuñó a los grupos jóvenes que volvieron a describir sus ciudades, en canciones que recogían el legado musical de la larga tradición inglesa.

De esas bandas, destacó la rivalidad entre Blur y Oasis, además de Suede, Ocean Colour Scene, Elastica, The Verve, Sleeper, Supergrass y por cierto Pulp, la banda que lideró el carismático Jarvis Cocker, el mismo que en una reciente entrevista optó por desmarcarse (como ya lo viene haciendo hace años) del britpop.

Para 1993, la escena se estaba transformando en algo interesante. Creo que todavía nadie utilizaba esa horrorosa palabra llamada britpop, pero había un nuevo movimiento de bandas. Fue antes de que la cosa se echara a perder y se comercializara demasiado“, comentó Cocker en una entrevista con el sitio web Pitchfork.

En el diálogo repasó parte de su carrera con Pulp, pero también, desde la perspectiva del tiempo, fue autocrítico con la escena que encabezó. “Primero vino el optimismo, pero después estábamos en la desesperación. Cosas desafortunadas como Robbie Williams o las Spice Girls ocurrieron, más o menos por culpa del britpop, del cual siempre estaré avergonzado“, apuntó.

“No recuerdo mucho de esa época porque no estaba prestando atención… Principalmente porque estaba escondiendo mi cabeza debajo de la almohada”, prosiguió Cocker, ejemplificando la vergüenza que sintió por la pomposidad y sobreexposición que tuvo él y su generación.

¿Cómo le explica a su hijo, entonces, su pasado como “britpopstar”? Responde Cocker: “He tratado de no influir a mi hijo con música. Quiero decir, hay música en la casa, pero he intentado no adoctrinarlo porque si intentas empujar a un niño en cierta dirección, siempre van en la opuesta. Recuerdo que estaba en su pieza cuando sonó un disco de The Velvet Underground, y yo pensaba: me pregunto qué estará procesando su cerebro de esto. Pero no lloró, ni siquiera cuando “The Black Angel’s Death Song” se encendió“.