Fueron 50 los minutos que estuvo Jorge González sobre el escenario de la Cumbre del Rock Chileno, en la que aseguran fue su última presentación en vivo: una despedida de los conciertos que coronó con más de 35 mil personas que a esa hora repletaban el Estadio Nacional.

La emotividad cruzó todo el show. Al inicio, un video con sus momentos más icónicos fue proyectado en las pantallas gigantes: un resumen que incluía sus dichos en el Festival de Viña del Mar 2003; el reencuentro de Los Prisioneros en el Estadio Nacional en 2001; la conferencia de prensa donde botó los micrófonos;  y las intervenciones suyas en las anteriores cumbres del rock y en medios de prensa.

González (sentado en una silla, rodado de sus músicos en un set acústico similar al que presentó en la Teletón recién pasada) en escena partió con canciones de su reciente disco Trenes, además de temas de LIbro, el antecesor álbum del ex Prisionero.

El público lo acompaño en todo momento, incluso en la primera parte del recital, donde las letras para muchos resultaban tan desconocidas como melancólicas. Sin embargo, lo anterior no fue impedimento para que Trenes o Nada es Para Siempre fueran coreadas y aplaudidas con fulgor por los presentes, todos conscientes del hito histórico.

Luego, vino el setlist del recuerdo, con composiciones de su época con Los Prisioneros como Brigada de Negro, Amiga Mía, Tren al Sur y El Baile de los que Sobran (donde invitó a Isolina Arbulú, del grupo Nadie), que terminó cerrando su presentación. También tuvo tiempo para una versión más lenta de Cumbia Triste, single de su proyecto Gonzalo Martínez y las Congas Pensantes que estrenó a fines de los noventa.

MI Casa en el Árbol, de su primera etapa solista, también tuvo espacio, e incluso se transformó en una de las más aplaudidas.

En el último tramo, González recibió la Orden al Mérito Pablo Neruda, medalla que fue entregada por el ministro de Cultura, Ernesto Ottone, luego de una introducción de Jean Phillipe Cretton que Jorge González terminó reduciendo al mínimo: a penas recibió el trofeo, el músico anunció por su micrófono la siguiente canción, Tren al Sur, y dio la instrucción a sus músicos de continuar con el show. Entonces las luces se apagaron, y con la canción sonando Cretton y Ottone tuvieron que salir rápido de la primera línea.

Una vez terminado el concierto, vino la entrega del premio Ícono del Rock, que este año recayó en Álvaro Henríquez desde las manos del propio Jorge González, que sin emitir palabras traspasó el galardón en una ceremonia tan breve como fría, con el líder de Los Prisioneros rodeado de sus dos hijos en la última postal suya sobre el escenario.

El detalle de la medalla que recibió González, aquí.

A continuación, las fotografías de Lilian Fernández, de Click Studios:

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