Es siquiatra. Es escritor. Es vida y vividor. Y eso ya es peligroso. Si usted gusta no siga leyendo. Porque nadie sabe cómo termina esto. Lo seguro es que comienza. Y comienza bien.

Por Marcel Socías Montofré

Ni Gonzalo Rojas en “El Fornicio” inquieta tanto. Y Jaime Arenas Saavedra lo hace. Vaya uno a saber cómo lo hace. Pero tiende cama y escama. Muere por su boca. Ese verso en prosa y prosa en verso típica de la tentación. Se lanza con alevosía y a mansalva.

“Dos al Hilo” es su libro. ¿Así cómo no leer las primeras páginas con la manzana a la mano hasta la última del pelviano? ¿Así cómo no caer a sábana y lectura en ese género literario tan esquivo en Chile? Lo Erótico. Porque le tienen miedo.

Sí, seamos honestos. Le tienen miedo. Pero igual lo leen. Los abuelos a escondidas. Los padres por rebeldía. Los de ahora por entrar al Fausto. Johann Wolfgang von Goethe en su mejor versión sonora. Arenas Saavedra, Jaime, ni laberinto ni Fausto. Tan sólo espejo.

“Dos al hilo”. Hazaña literaria. Porque escribir de Eros jugando con el Tánatos en este país tan de vitrinas pudorosas no es fácil. Es desgarrador. Y hacerlo bien, contando el cuento, es más difícil todavía. Pero Arenas Saavedra, Jaime, lo hace. Una hazaña del autor y su Editorial Segismundo.

Inquietar. Malversar al lector. Llevarlo a sus límites y luego vincular. Sí, en lectura y audio y redes sociales. En “La Fantasía” o “La Obsesión”. Porque se lee. Seguro se lee. Seducciones tan bien logradas como “La Jinetera” o “Nunca hemos hablado del Infierno, amigo”. Y ni hablar de “Seducciones y perdiciones”. En cada cuento un arrebato. De los buenos arrebatos. Cultura y deseo. ¿Cómo decirle que eso está mal? ¡Muy mal! Arenas Saavedra, Jaime, no escucha. Y bien que no escuche.

Él escribe. Y escribe tan bien como los insondables. Cada palabra, cada coma y punto… es seguido… Tentaciones. Porque “Los ojos no envejecen”. Porque “El Tiempo” y “La Cárcel” y “La Llamada”. Palabras precisas. Buena pluma. A volar la imaginación. Por eso Arenas Saavedra, Jaime, es peligroso. Es siquiatra. Sabe. Por eso de aquello que usted duda… él sabe y escribe. Y escribe bien. No repite ni compite. Lo de Arenas Saavedra, Jaime, es convite. Erótico y humano, a veces ternura, a veces nostalgia. La mayoría deseo. De seguir leyendo. “Sin nombre”… o “La puta y el abogado”. Ni hablar de “La voz interior”. Cuídese mejor. Pero sepa usted que “Valió la pena”. Porque escribe. Y escribe y describe. Analiza y desliza. A “Los Otros”. A él mismo. Es sincero. Escribe “Dos al Hilo” y sigue escribiendo. Le sugiero, con asustado erotismo, seguir leyéndolo. Arenas Saavedra, Jaime, es “El Olfato”.

Más todavía, Arenas Saavedra, Jaime, es advertencia al lector. Escribe, como nadie en Chile, literatura erótica. “El Encuentro”, él cuenta y cuenta en “Dos al Hilo”. Usted, lector, hágase responsable. Lea…

“Dos al Hilo”

Jaime Arenas Saavedra
Editorial Segismundo

Marzo de 2016