“El niño terrible y la escritora maldita” es el nuevo libro del escritor y presentador peruano Jaime Bayly. Un libro basado en su propia historia, que narra el nacimiento de un amor y el fracaso con el pasado.

En conversación con Expreso Bío Bío, Bayly contó que este libro habla de su vida amorosa tal cual como fue, sin disfraces ni máscaras. El único dato que difiere con la realidad es el nombre de la escritora maldita, quien en el libro lleva por nombre Lucía.

La historia cuenta cómo el autor se enamoró de una joven de 20 años, lo que quiebra relaciones con su novio, con su ex esposa y sus hijas.

Según cuenta el escritor, al momento de divorciarse, le comunicó a su esposa Casandra que era gay y mantuvo una relación por ocho años con un argentino, a pesar del dolor que provocó esta revelación en la madre de sus hijas, mostró resignación. Sin embargo comentó que una vez que supo que dejaba a su novio por una muchacha más joven se desataron “tres años y pico de guerra fría”.

“Eso fue lo más triste, yo creo que escribí la novela precisamente por eso, porque mis hijas se plegaron al bando de su mamá y se sintieron comprensiblemente mortificadas con esta improbable pasión amorosa que me había asaltado y dejaron de verme, dejaron de hablarme, dejaron de contestarme los correos”, agregó que “increíblemente mis hijas y mi ex esposa hubiesen preferido que yo continuara con mi novio argentino y que no me enamorase de esta lolita”, sostuvo Bayly.

El autor peruano, señaló que no cree que este libro sea tan transgresor como lo solían ser sus primeras novelas, pero lo que rescata profundamente de este ejemplar es que le ha permitido contar lo que la mayoría de la gente no se atreve “porque duele y porque abochorna”.

Finalmente, el escritor señaló que el autorretrato es un género que le acomoda bastante a pesar de que tenga que contar sus secretos, ya que para él “contar los secretos de la familia, contar las intimidades que más duelen, escribir no desde el cerebro si no desde las víceras, desde las tripas, puede darle a la historia una textura de verdad”.

“Si tu vas a hacer un autorretrato tratando de embellecerte glorificándose y acentuando tus muy escasas virtudes aquello va a fracasar, los autorretratos que funcionan son los más despiadados no debes tener compasion contigo mismo y saber afearte y saber contar todo lo malo”, concluyó.

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