Metro de Santiago, tren camino a Plaza de Maipú. Un recorrido (desde La Florida, pasando por Plaza Italia, Pudahuel para llegar a Maipú) con muchos pasajeros todos los días.

En el tren, sin embargo, hay muchos espacios para publicidad y para difusión vacíos. Pero lo que llama más la atención es un afiche de FILSA (Feria Internacional del Libro de Santiago) del 2015… (obsoleto hace unos 18 meses)

En Chile se realiza mucha actividad cultural, mucho más de lo que uno cree (aunque podemos estar de acuerdo que falta, y que en algunas áreas el déficit es alto), pero no se sabe.

Los artistas, las compañías, etc, funcionan fragmentadas, les cuesta difundir, promoverse. Muchos creadores llegan sin fuerzas ni recursos al momento de difundir sus obras, de promover sus espectáculos.

Entonces, ¿Por qué si el Estado gasta tanto dinero en cultura no gestiona sus espacios de mejor forma para difundir lo que muchas veces ha financiado?

El ejemplo dado del Metro es importante porque se repite en muchos carros (tiene más de 1000) y en muchas carteleras (las que están dedicadas a cultura en algunas de sus más de 100 estaciones son un desastre, en el que se mezclan cosas muy diversas, sin selección de calidad y casi siempre con información atrasada).

A lo anterior debemos sumar el contenido que hay en las pantallas dispuestas en los andenes del Metro, en las que rara vez se difunde cultura y menos cultura y a creadores locales. Parece más importante distraer y anestesiar a los pasajeros con “gags”, con videos de grupos de moda (para la industria internacional).

El Estado dispone de muchísima infraestructura, de servicios, salas de espera (en consultorios de salud, colegios, Registro Civil, aeropuertos, terminales de buses, salas de atención de público en ministerios…), etc, lugares donde llegan o circulan muchísimas personas… pero es más fácil poner televisores y sintonizar un canal que transmita “matinales” o noticieros que informan poco. Es más fácil desentenderse de los tremendos recursos y potenciales de que disponen. Recursos de todos.

En muchas áreas, como en el caso mencionado, no se requieren más recursos (o se requieren en cantidades poco significativas), sino usar bien los recursos existentes.

Entonces, el Estado, el Gobierno de turno, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) no tienen excusas. Si no hay suficientes espacios de difusión para la cultura y los creadores es por negligencia y falta de voluntad bastante generalizada.