La Semana de Arte Contemporáneo realizó su sexta convocatoria de AMOR. Decadencia y Resistencia con 7 finalistas ganadores. Los creadores tuvieron una residencia en ISLA, Instituto Superior Latinoamericano de Arte, para la materialización y montaje de sus obras, las que se exhiben hasta el 15 de septiembre en el Muelle Histórico de Antofagasta.

Junto a estas actividades, realizadas junto a BHP/Minera Escondida, la invitación a los ganadores del festival consistía en que, luego de la inauguración de la exposición central, tuviesen un viaje de contextualización con el territorio de Quillagua, antiguo oasis con amplia riqueza patrimonial y reconocido por National Geographic como el más árido del planeta.

Foto: Cristian Ochoa
Foto: Cristian Ochoa

Quillagua y el río Loa

En febrero de 1997 y, posteriormente en 1999, se evidenció la existencia de un severo daño al ecosistema de la cuenca hidrográfica del río Loa, el que atraviesa parte de su curso por el pequeño pueblo de Quillagua.

Los resultados de las investigaciones se desviaron hacia una polémica pública, en la que se enfrentaron resultados que indicaban para algunos contaminación producto de actividades humanas (entre ellas minería) y para otros por causas de origen natural.

Los efectos de la contaminación de 1997, implicaron que las personas de Quillagua se vieran impedidas de realizar sus actividades productivas tradicionales. Al intentar subsistir de la confección de carbón vegetal, utilizando la madera de algarrobo, CONAF prohibió la actividad artesanal para proteger los bosques del oasis.

A los pobladores de Quillagua solo les quedó vender los derechos de aguas como última solución a su crisis: la venta fue a favor de la Sociedad Química y Minera de Chile, SOQUIMICH. De los 120 litros por segundo (l/s) inscritos en 1987, año en que la Gobernación de Tocopilla les redujo arbitrariamente su antigua disponibilidad de 400 l/s, los pobladores vendieron dos tercios de sus derechos, quedando con solo con 41 l/s, tras lo cual muchas familias abandonaron el pueblo.

Además, se ha comprobado la presencia de altos índices de arsénico en el agua y es probable que exista además la presencia de elementos utilizados especialmente en la gran minería del cobre.

Este evento ambiental impactó directamente a la comunidad agrícola de Quillagua, ubicada en el curso medio del río, más aún en una localidad que, en sus inicios, tenía un clima muy diferente al actual.

Foto: Cristian Ochoa
Foto: Cristian Ochoa

La zona de Quillagua era fría y lluviosa y albergaba grandes lagos y caudalosos ríos que provenían de la cordillera de los Andes. Los hombres que llegaron a la zona eran cazadores nómades que se establecieron allí y de ellos provienen los likan antay, que se traduce como “los habitantes del territorio”, mejor conocidos como atacameños, etnia de los primeros habitantes de esta región.

Junto a ello, debido a su ubicación estratégica en medio del desierto, probablemente la zona operaba como un cruce de caminos y como lugar de abastecimiento a las rutas de caravanas que se desplazaban entre el altiplano y la costa.

Los Geoglifos de Chug Chug, primera parada en la ruta de los artistas SACO, son un testimonio de estas interacciones.

Foto: Cristian Ochoa
Foto: Cristian Ochoa

El año 2014, el arqueólogo chileno Gonzalo Pimentel se hizo conocido por develar el misterio de estas gigantescas figuras grabadas en el suelo. Un origen “mucho más relacionado con la naturaleza del hombre que lo que muchos otros quieren creer”, aseguró el experto en geoglifos. Pues se trataría de un tipo de arte rupestre vinculado a las antiguas rutas caravaneras que los viajeros dejaban como impronta de su paso y su identidad.

Los Geoglifos de Chug Chug son un testimonio de la odisea que debió vivir el hombre en esos áridos parajes y una prueba del comportamiento de los grupos especializados de las sociedades andinas, vinculados al tráfico regional e internacional.

Ruta SACO6

Artistas, curadores, e invitados recorrieron algunos puntos de la localidad situada a 280 kilómetros al norte de Antofagasta y a orillas del río Loa, en la comuna de María Elena. La siguiente parada fue la ex oficina salitrera y centro de detención política, Chacabuco.

Chacabuco, ex oficina salitrera y centro de detención política

La oficina se inauguró en el año 1924 y paralizó sus actividades definitivamente en 1940. El lugar destacó por su gran tamaño, capacidad productiva (150.000 toneladas métricas de salitre y 922 quintales métricos de yodo, anualmente) y calidad de sus instalaciones, tanto industriales como de habitación.

Foto: Cristian Ochoa
Foto: Cristian Ochoa

En el año 1968 la Anglo Lautaro Nitrate Company vendió Chacabuco a SOQUIMICH. En 1971 la oficina salitrera fue declarada Monumento Nacional, en la categoría de Monumento Histórico, como una manera de preservar el testimonio del desarrollo industrial del salitre en Chile y el modo de vida de la época. Sin embargo, tras el Golpe de Estado, las Fuerzas Armadas utilizaron la Oficina Salitrera Chacabuco como lugar de detención y Campo de Prisioneros Políticos hasta 1974.

A fines de los años ochenta, Chacabuco presentaba un evidente deterioro: se había desmantelado el sector industrial, desaparecieron algunos techos y maderas y se incendió la iglesia. Situación que se revirtió, en parte, gracias al aporte de privados, quienes restauraron el teatro en 1992.

Desde los año ’90 el Fisco de Chile, a través del Ministerio de Bienes Nacionales, ejerce la tuición y dominio de la Oficina Salitrera, habiéndola dotado de una Ruta Patrimonial señalizada y la Exposición “Patrimonio Salitrero: Memoria del Norte Grande”, localizada en su Teatro y Biblioteca (más info en este link).

Tranque Sloman

La tercera parada fue la visita a Tranque Sloman, antigua represa hidroeléctrica localizada en el cauce del río Loa. La instalación, creada el año 1905, tenía como propósito generar energía hidráulica para abastecer a la Compañía Salitrera H.B. Sloman.

Foto @Chile_Satelital
Foto @Chile_Satelital

Hoy, pese a tener la categoría de Monumento Histórico, el Tranque Sloman se encuentra en total abandono, sin señalizaciones para los visitantes, ni los mínimos estándares de seguridad para recorrer las instalaciones.

Museo Antropológico de Quillagua

Quillagua es una de las zonas con mayor concentración de arte prehispánico de la región. Al final de la calle principal de la localidad se ubica la última parada del recorrido: el Museo Municipal Antropológico de Quillagua. Lugar que permanece cerrado, pero que se puede visitar si se encuentra con la señora Felisa Albornoz, una amable anciana que quedó a cargo de abrir las puertas del lugar hace unos siete años, luego que un profesor de educación básica que debía irse a Antofagasta le cedió las llaves y le pidió a ella que se hiciera cargo del museo.

Hasta hoy ninguna autoridad a nivel municipal ni del Consejo de Cultura se ha acercado a la señora Felisa, pese a que el recinto que cuida posee una colección de antiguas momias, algunas con una antigüedad de 700 años A.C.

Foto: Cristian Ochoa
Foto: Cristian Ochoa

La momificación de los cuerpos en esta zona no ha sido artificial, sino que se ha dado por las condiciones secas del desierto de Atacama. Pese a eso, muchos de los objetos prehispánicos así como las momias, sufren de gran deterioro, debido a que sólo reciben trabajos ocasionales de rescate patrimonial y los cuidados que le otorga la señora Felisa, quien no recibe remuneración y mantiene el lugar con las propinas que los turistas le dejan.

Puedes conocer más de la Semana de Arte Contemporáneo en la página web www.proyectosaco.cl, visitando su exposición central en el Muelle Histórico de Antofagasta o recorriendo Aluvión Visual.

SACO es organizado por Colectivo Se Vende y presentado por BHPP/Minera Escondida. ISLA es financiado por el programa “Otras Instituciones Colaboradoras del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes”.