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Este artículo podría contener información clave sobre la trama de un libro, serie, videojuego o película.

Cuando pensamos en Los Picapiedra (The Flintstones), seguramente vienen de inmediato a nuestra mente las jugarretas de Pedro (Fred), el jefe de familia, su bonachón amigo Pablo (Barney), y todo el elenco de esta típica familia de los 60, en un escenario fantástico que mezcla elementos modernos con cavernícolas y dinosaurios.

Pero ya no más.

De la mano de DC Cómics, el guionista Mark Russell y el ilustrador Steve Pugh tomaron a los habitantes de Piedradura (Bedrock) para darles un giro más realista -dentro de lo que cabe esperar para alguien que excava canteras montado en un brontosaurio- pero también más oscuro y salpicado por la sátira, con temas como el matrimonio gay, el racismo, el genocidio, el consumismo, la crueldad contra los animales y otros que jamás habríamos imaginado ver en la serie animada de Hanna-Barbera (que eran dos personas, no una, por cierto).

En el nuevo universo de Los Picapiedra, la comunidad parece estar consternada por una nueva tendencia anti-natural: el matrimonio. Es que claro, en aquella época lo normal era la promiscuidad con el fin de aumentar al máximo la población. Que dos personas quisieran tener una pareja única de por vida, era visto como inmoral e incluso dañino para los niños.

Así, cuando Pedro y Vilma deciden casarse, gatillan las protestas de sus vecinos, con carteles como “Un niño merece muchos padres y docenas de madres”, “La monogamia destruye”, o argumentos como “si permitimos a hombres y mujeres casarse, ¿cuánto pasará antes de que quieran casarse con dinosaurios o postes de luz?”.

Dorkly.com
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Sí. ¿Alguien comienza a hacer la conexión aquí?

Según detalla el crítico especializado Tristan Cooper de la revista Dorkly, el guión usa giros muy intrincados para exponer sus puntos. Por ejemplo, se presenta una pareja gay (Adam y Steve, una ironía al eslógan de los grupos conservadores estadounidenses que, precisamente, defienden que la primera pareja fueron Adam and Eve y no Adam and Steve).

Aquí, nadie parece sorprenderse ni molestarse por ello, pero cuando ambos deciden casarse también, el sacerdote se niega por la práctica razón de que ellos no pueden procrear. Pedro entonces sale en su defensa, explicando que cuando era niño, la difícil vida de su tribu hacía que los no-procreadores fueran parte importante de la sociedad al velar por quienes no alcanzaban a recibir atención de otros adultos.

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El cómic avanza mezclando los absurdos y atractivos visuales de la vida en Piedradura, como los temas de crítica social. Otro de ellos es el racismo, esta vez dirigido hacia otras clases de seres humanos, como los Neandertales, cuya dificultad para entender las complejidades de este mundo “moderno” los hace víctimas de maltratos y abusos laborales por parte de sus empleadores, tal como sucede con los inmigrantes en muchos países.

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Y aunque la historia respeta los personajes y la base general de Los Picapiedra que todos conocemos, nos muestra situaciones que eran tabú en los 60, cuando la serie fue creada. Por ejemplo, Vilma no se conforma con ser la abnegada dueña de casa que espera a su marido con la cena preparada. Aquí, ella sueña con desarrollar sus propias habilidades como artista, en una sociedad que tampoco comprende los orígenes de su pasión creativa.

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En tanto la exclusivamente masculina Orden de los Búfalos Mojados (The Order of the Water Buffalo), evoluciona para convertirse en una fraternidad de veteranos de las guerras paleolíticas, quienes deben lidiar con sus propios traumas, incluyendo el genocidio de pueblos completos sólo porque los fundadores de Piedradura querían apoderarse de sus terrenos.

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Pero quizá una de las secciones más desgarradoras es la que concierne a los animales usados como utensilios domésticos en los hogares. Mientras la serie original los presenta como material para chistes y su participación va poco más allá de alguna queja ligera (“creo que necesitaré unas vacaciones”), en el cómic de DC se profundiza en la vida que tienen cuando se guardan en el clóset, y cuán duro es para ellos estar al servicio permanente de los humanos.

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Con muchos otros giros inesperados -como una invasión de adolescentes extraterrestres, desde donde emergerá el protector Gazoo- esta historieta claramente está orientada a audiencias maduras, que crecieron con la versión original de Los Picapiedra, pero que se atrevan a dejar atrás la candidez de sus guiones.

Por ahora está editada sólo en inglés. Puede preordenarse en Amazon por 11 dólares (7.500 pesos chilenos sin incluir gastos de envío) o disfrutarse de inmediato en formato digital mediante una suscripción o compra al servicio de ComiXology.