Decenas y decenas de parabrisas accidentados, quebrados y hechos pedazos. Esta es la materia prima, la materia vítrea, que la artista plástica Carellia Riccardi estuvo recolectando durante años en las playas de Chile, puntos de recolección y en las desarmadurías de Santiago de Chile para dar vida a Costellazioni.

Así, aquellas láminas de vidrio agrietadas y resquebrajadas, muertas -aquellos desechos finalmente destinados al vertedero- “sufren” una re-significación plástica gracias al poderoso proceso de fundición que Riccardi les aplica. En su taller, el fuego vuelve el vidrio dócil, mutante, elástico; como fuese el mismo universo en expansión. Una segunda génesis.

 Instituto Italiano de Cultura de Santiago de Chile
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Riccardi construye entonces unas extensas instalaciones que se despliegan en el suelo donde, sumergido en la oscuridad, se genera un diálogo resplandeciente entre la materia vítrea y las luces led con las cuales la artista constela las obras.

Por lo que concierne el proceso creativo hay dos hitos fundamentales que cabe destacar: por un lado este deseo de la artista de recuperar material desecho y, a través de la fundición, transformarlo en un objeto artístico nuevo: este primer impulso que empuja Riccardi a recuperar el desecho, puede resultar aún más interesante si se consideran los puntos de contacto con lo que propuso el mismo Francisco Brugnoli (junto con Virginia Errázuriz) en la expo en el IIC Santiago Paisaje 2.

Instituto Italiano de Cultura de Santiago de Chile
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Por otro lado existe una muy fuerte conexión con la cultura italiana si se considera que la artesanía del vidrio, la técnicas de fundición y trabajo de este material tienen su capital en Murano, isla lagunera muy cercana a Venecia. De hecho, fue justamente en Murano donde Riccardi, durante un viaje para mejorar sus conocimientos acerca de estas técnicas, vivió un momento revelador: al ver como los artesanos venecianos trabajaban, hasta el día de hoy, el vidrio según la milenaria tradición manual -fundiéndolo, modelándolo, otorgándole cualquier formas infinitas y, finalmente, creando objeto artístico de una belleza refinadísima- Riccardi sintió algo parecido a un llamado para que ella, artista de origen italiano, profundizara también en Chile esta antigua técnica italiana.

A propósito del lugar que el trabajo de Riccardi ocupa en el marco del desarrollo de las técnicas artísticas relacionadas con el vidrio, es interesante mencionar unas líneas que el curador Francisco Brugnoli escribió para la exposición:

Carelia Riccardi durante sus estudios de cerámica, encuentra ya en desuso, en el taller donde estudia, un equipamiento para trabajar el vidrio, pero que a pesar de todo cumple su objetivo al estimular en ella su imaginación y emprender, más allá de su uso en objetos domésticos decorativos, un trabajo que se proyecta en la escena del arte. Iniciativa que ya se debe valorar, por el mismo rescate que significa para el país, un quehacer que no parece haber tenido presencia después de la visita a Chile del artista suizo Adolfo Winternitz y cuyo testimonio vemos en el magnífico ejemplo de los vitrales del Templo Votivo de Maipú […]”.

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¿Quién es Carellia Riccard?

Nacida en Santiago de Chile, nieta de inmigrante italiano, es Licenciada en Artes con mención en Artes Plásticas y posee el título de Ceramista otorgado por la Universidad de Chile. Desarrolla su trabajo creativo a partir del “fuego”, en la cerámica como en la fundición del vidrio. Cuando apenas estaba descubriendo las posibilidades que el vidrio rescatado de las playas de Chile le podría proporcionar, Carellia viaja a Italia con la intención de investigar la materia vítrea en el viejo continente. Ahí es donde ocurre un momento revelador: en Murano, pequeña isla lagunera cercana a Venecia, célebre en todo el mundo por la refinadísima artesanía en vidrio, Carellia tiene la oportunidad de admirar aquellos procesos pertenecientes a una tradición milenaria, que permiten hacer del vidrio un material extremadamente maleable y multiforme, perfecto para las creaciones plásticas. Existe desde entonces un hilo que une estrictamente sus raíces italianas con la decisión creativa de develar, aunque sea a través de instalaciones más contemporáneas, estas antiguas técnicas también en Chile.