A Pablo Andrade, que había realizado una buenas gestión al frente del Museo Histórico Nacional, la Ministra de las Culturas, Alejandra Pérez, le pidió ayer la renuncia no voluntaria por una supuesta falta de proligidad en la exposición “Hijos de la Libertad”,al incluir una foto y una cita del general Augusto Pinochet.

A continuación la declaración pública completa de Pablo Andrade.

Declaración Pública

Santiago, 10 de mayo de 2018

A raíz de la polémica generada por una imagen y una cita de la exposición “Hijos de la Libertad”, se me ha solicitado la renuncia al cargo de director del Museo Histórico Nacional.

Lamento profundamente que la lectura parcial de esta muestra, cuyo objetivo era propiciar una discusión crítica sobre nuestra historia, haya podido generar daño, molestia u ofensas.

Durante mi gestión como director del Museo Histórico Nacional, he considerado esencial impulsar la deliberación democrática, el debate y la reflexión respetuosa. Esta muestra fue producto de este empeño por cumplir la misión del museo.

La figura del dictador Augusto Pinochet es una herida profunda para los chilenos y chilenas y, por lo mismo, no es posible desconocerla ni pretender borrarla de nuestro pasado. Lo que corresponde es evaluarla a la luz de los antecedentes históricos y criticarla en sus distintas dimensiones, incluida la apropiación contradictoria que hizo del concepto de libertad.

En ningún caso la muestra “Hijos de la libertad” ha pretendido elevar la dictadura cívico militar a la categoría de gesta libertaria. La exposición es un relato compuesto de diversos elementos narrativos, cada uno de los cuales participa de un guión, cuya finalidad es contraponer discursos y conceptos sobre la libertad – a veces altamente discutibles –, que han permeado nuestra memoria histórica.

El cierre de la muestra ha privado a nuestra sociedad, una vez más, de la oportunidad para entablar un debate abierto y racional sobre su pasado. Es grave, y tristemente paradójico, que se censure una presentación histórica sobre el concepto de libertad, y sólo se entregue a la opinión pública un relato sesgado, construido a partir de un fragmento mínimo de la exposición.

Me voy con la satisfacción de haber logrado que el Museo Histórico Nacional se convirtiera en uno de los museos más visitados del país, con un 99 por ciento de incremento de asistentes entre los años 2014 y 2017.

Me alegra que el Museo Histórico Nacional haya hablado, durante estos años, de la memoria sindical y de la reforma agraria a través de sus muestras temporales. Que haya contribuido a la reflexión museológica en Latinoamérica a partir de su publicación “Museo Mestizo”. Que los ciudadanos y ciudadanas se hayan apropiado de esta institución que está al servicio de toda nuestra sociedad y que va camino a convertirse en el museo moderno y activo que Chile merece y necesita.

Ningún país puede pretender borrar su pasado de la historia, hacerlo desaparecer por incómodo, adaptarlo a los intereses del presente, sin correr el riesgo de convertirse en una sociedad totalitaria e incapaz de superar sus traumas, como lo describió magistralmente George Orwell en su novela “1984”, publicada pocos años después de terminados los horrores de la Segunda Guerra Mundial.

Seguiré trabajando por la cultura y el patrimonio, desde la academia, desde las instituciones, junto a la comunidad, como lo he hecho desde hace cerca de 20 años, para impulsar la participación y la memoria, que constituyen el centro vital de una sociedad que camina, de forma sana, hacia el futuro.

Cordialmente,
Pablo Andrade Blanco.