Lars von Trier ha salido del purgatorio. El controvertido director de cine, que causó escándalo en 2011 en Cannes con sus declaraciones sobre Hitler, vuelve este año al festival francés.

“Pierre Lescure, presidente del Festival, y su consejo de administración decidieron acoger el regreso del director danés Lars von Trier, Palma de Oro 2000, en la selección oficial”, anunció el jueves el festival. Su nuevo filme, The House that Jack Built, sobre un asesino en serie interpretado por el estadounidense Matt Dillon, se proyectará fuera de competición.

“¡Trier ha sido invitado de nuevo a Cannes!”, reaccionó la productora Zentropa, de la que Von Trier fue cofundador en 1992.

La decisión no causó gran sorpresa, pues los organizadores ya habían ido preparando el terreno desde el anuncio de la selección oficial, el 12 de abril. El miércoles, Thierry Frémaux, delegado general del Festival, elogiaba el trabajo de Pierre Lescure, que organizó la vuelta del cineasta, siete años después de uno de los mayores escándalos ocurridos en Cannes.

En 2011, Lars von Trier expresó su “simpatía” por Hitler durante la rueda de prensa que siguió a la proyección de su película Melancolía.

Pese a haberse disculpado, fue declarado persona non grata en el Festival, una sanción sin precedente.

Su filme Melancolía, muy apreciado por la crítica, siguió en competición y la actriz estadounidense Kirsten Dunst ganó el premio a la mejor interpretación femenina por su papel de esposa depresiva.

El jueves, el director danés afirmó que lamentaba haber hecho esas declaraciones, pero no comentó su regreso a Cannes.

“Nunca fui ni seré nazi”, aseguró en un discurso, al recibir el premio Sonning de Dinamarca, el más prestigioso de ese país para distinguir a personalidades del mundo de la cultura.

“Las espantosas consecuencias de la conferencia de prensa me costaron años de angustia. Toda esta historia me enseñó que hay que hablar con prudencia”, añadió, citado por el diario Politiken.

Conocido por las escenas sexuales y violentas de sus cintas, el director danés, era un habitual de Cannes hasta 2011 y visitó el Festival en una decena de veces.

Recientemente, apareció en los medios a raíz de las acusaciones de acoso sexual vertidas por la cantante islandesa Björk, protagonista de su película Bailar en la oscuridad. “No fue así. Pero la verdad es que no éramos realmente amigos”, se defendió el cineasta, de 61 años.

Tres nuevos filmes en competición

En cualquier caso, su llegada supondrá un acontecimiento en la 71ª edición del Festival, así como la proyección de El hombre que mató a Don Quijote (The Man Who Killed Don Quixote), del antiguo miembro de los Monty Python Terry Gilliam. La película, con Adam Driver y Jonathan Pryce, se proyectará en la clausura del festival, el 19 de mayo.

Terry Gilliam ha pasado casi veinte años trabajando en ese proyecto, con un primer rodaje en el año 2000 que se interrumpió por los problemas de espalda del actor Jean Rochefort, las lluvias diluvianas y los recurrentes vuelos de aviones militares. El fiasco dio lugar al documental Perdidos en La Mancha (2002).

La cinta, considerada por muchos como maldita, estuvo a punto de no estrenarse debido a un conflicto con el productor Paulo Brano.

Tres nuevas películas se añadieron a la competición, con lo que en total serán 21 las que compitan por la Palma de Oro: Un couteau dans le coeur, del francés Yann Gonzalez; Ayka, del kazajo Sergey Dvortsevoy, y Ahlat Agaci, del turco Nuri Bilge Ceylan, Palma de Oro 2014 por Winter Sleep.

En la sección paralela Una Cierta Mirada, los organizadores anunciaron una nueva película, la argentina Muere, Monstruo, Muere, de Alejandro Fadel, guionista habitual de Pablo Trapero. Se suma así a otra cinta argentina ya anunciada en este apartado, El ángel de Luis Ortega.

La cinta “Chuva e cantoria na aldeia dos mortos”, del portugués João Salaviza y la brasileña Renée Nader Messora también formará parte de Una Cierta Mirada.