Frida Kahlo acompañó, en 1933, a su esposo Diego Rivera a Nueva York. Mientras Rivera pintaba un mural que era “una verdadera alegoría al progreso industrial norteamericano” (Catálogo de la exposición Grandes Artistas Latinoamericanos, pp 123) en el Rockefeller Center, Frida Kahlo pintó un pequeño cuadro (45,5 x 50,5 cm) que llamó “My dress hangs there” (Mi vestido cuelga ahí).

Frida Kahlo, CCPLM (c)
Mi vestido cuelga ahí, Frida Kahlo, CCPLM (c)

El cuadro, que se expone hasta el 22 de julio en el Centro Cultural Palacio La Moneda (exposición Grandes Artistas Latinoamericanos), es una verdadera curiosidad que invitamos a ver.

Por un lado, es la única obra conocida de Frida Kahlo en la que incorpora el collage, además de ser una de las poquísimas sin figuras humanas o con un paisaje urbano.

“Mi vestido cuelga ahí” es una crítica ácida a la sociedad norteamericana (la que Diego Rivera en forma paralela ensalzaba con su mural), poniendo sobre pedestales un WC y una copa, largas filas de obreros y soldados casi aplastados por grandes edificios, chimeneas y una iglesia. O conformando con una cruz y una serpiente el símbolo del dinero. Y tantas imágenes y relaciones que muestran una Frida Kahlo crítica, ácida y, al mismo tiempo, orgullosa.

En medio de todo ello, el típico vestido de Frida Kahlo cuelga de un hilo amarrado a un WC y una copa, ambos apoyados sobre grandes columnas. Frida Kahlo se “autorretrata” ausente, vacía… está y no está, es una sombra, un fantasma en esa urbe símbolo del capitalismo y, en especial para los mexicanos de esos años como para los de hoy, muchas cosas más.

CCPLM (c)
Lucienne Bloch, CCPLM (c)

En la extraordinaria exposición Grandes Artistas Latinoamericanos de la Colección FEMSA (México), junto al cuadro de Frida Kahlo hay una fotografía que hizo Lucienne Bloch al cuadro en el proceso de pintura, pudiendo así los visitantes verlo a medio hacer.

CCPLM (c)
Frida Kahlo pintando autorretrato mientras Diego observa, 1940, Bernard Silberstein

“My dress hangs there” (Mi vestido cuelga ahí) es, sin dudas, una oportunidad de ver una curiosidad de una de las grandes artistas latinoamericanas del s XX, una suerte de manifiesto de identidad en esta mirada al otro, a ese país que ha encandilado y ha sido una amenaza al mismo tiempo.

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Frida Kahlo pintando La mesa herida, 1940, Bernard Silberstein, CCPLM (c)

En la exposición Grandes Artistas Latinoamericanos, además, hay un gran cuadro de Diego Rivera en su época cubista (antes de transformarse en uno de los grandes pilares del muralismo mexicano) y varias fotografías notables de Frida Kahlo, de Diego Rivera como de otros grandes artistas.