Una compleja denuncia fue formulada por la familia de Nicanor Parra, el célebre escritor y poeta chileno de 103 años. Se trata del supuesto robo de sus cuadernos personales, correspondientes a las décadas del 90 y 2000.

El delito fue constatado este año por los familiares del autor, quienes a pedido de este elaboraron un inventario de sus casas, textos originales, libros y objetos. Así, repararon en la ausencia de los cuadernos y otros utensilios, tal como señala el nieto que impulsó este registro, Cristóbal “Tololo” Ugarte.

Emilio de la Cerda, director de la Escuela de Arquitectura UC y vecino de Parra en Las Cruces, fue el encargado de elaborar el inventario con apoyo de la universidad. Por estos días, el proceso está siendo registrado con fotografías y un documental.

“Supimos que (los cuadernos) estaban en la galería de Isabel Croxatto. La llamamos y dijo que los había tenido un año. Negó que los tuviera en venta, ¡pero los guardó un año! Esos son cuadernos robados de la casa de Las Cruces”, dijo Ugarte al diario El Mercurio.

“Es difícil cómo uno lo plantea. Lo importante es decir que a mi abuelo le falta una serie de cuadernos y que, por distintos medios, hemos sabido que algunos los ha comprado César Soto, y otra cantidad fue a parar a la galería de Isabel Croxatto”, agrega.

“Tuvimos noticia de que una tal Constanza Franz habría dicho que Nicanor le había regalado cuadernos a ella, lo que es absolutamente falso. Y esos cuadernos llegaron a manos de Isabel Croxatto. Ahora no se sabe dónde están”, comentó “Tololo”.

El nieto de Parra descarta cualquier tipo de venta o regalo que el escritor haya hecho de sus cuadernos: “Va en contra de su filosofía como artista”, dijo. “Todos los académicos que lo visitan, sus amigos, la familia saben que él nunca vendería ni regalaría un cuaderno. Ni siquiera a alguien de la familia. Estos cuadernos son robados”, contó.

Las denuncias, sin embargo, apuntan a un coleccionista específico, César Soto: “Me llama la atención que César Soto diga públicamente que tiene inéditos de Neruda, de De Rokha que nadie conoce. Mi familia sabe que también tiene inéditos de Parra y, claro, él no lo dice, porque mi abuelo está vivo. Lo que él tiene es una colección de obras privadas e inéditas que mi abuelo no ha querido publicar y menos regalar o vender”.

Según “Tololo”, el fin de crear este inventario es proteger el legado de su abuelo y evaluar la posibilidad de declarar dicho material como “monumento nacional”. También anuncia querellas judiciales para quienes resulten responsables del robo. “Una vez que tengamos todo inventariado, vamos a tramitar esto para, quizás, declararlo monumento y que esta obra se pueda entender como unidad (…). Mi abuelo está vivo y lúcido, y devastado con esta situación”, dijo.