Una bicicleta recorre un barrio de infancia. Una madre muestra lo que cocinó esa tarde. Una familia reunida en el living de un hogar. Aquellas son algunas de las imágenes que una experiencia de realidad virtual podrá brindar a internos de diferentes centros penitenciarios del país sin salir del presidio.
Desde el 12 de marzo, internas del Centro Penitenciario (C.P.F) San Joaquín han participado del primer Taller de cine documental para mujeres de la cárcel, proyecto dirigido por la cineasta Catalina Alarcón, ganador del Fondo Audiovisual 2017.
Este taller tiene como objetivo acercar el cine documental iberoamericano a la población femenina de la cárceles de San Joaquín y Valparaíso, como un espacio de reflexión personal y social, donde el cine funcione como herramienta de inclusión y viaje a un espacio exterior al de la cárcel, reflexionando en torno a la definición de mujer, maternidad, género, memoria y familia, donde las internas tiene la oportunidad de vivir una experiencia de realidad virtual que las conecta con sus seres queridos.
La primera etapa culminó el 7 de septiembre, con un documental realizado por las internas que se proyectará en el centro penitenciario para ellas y sus familias.
Tras la grabación del cortometraje realizado por las internas, Catalina y el equipo de talleristas, compuesto por las realizadoras Constanza Miranda y Josefina Buschmann, apoyadas por Valeria Hofmann y Daniela Camino, trabajaron junto a seis alumnas del taller para hacer realidad una iniciativa fuera de lo común: poder recorrer sus casas de infancia y volver a ver a sus familias, gracias a una experiencia de realidad virtual y video en 360 grados. Esta actividad tomó el nombre de “Volver a casa”.
“Queríamos que las internas tuvieran la oportunidad de interactuar con sus familias, volviendo a casa por unos segundos gracias a la tecnología” cuenta Catalina. La experiencia comenzó cuando la directora visitó las casas de las internas, y gracias a una cámara que graba videos en 360 grados, sus familias registraron el espacio a modo de tour por el lugar. Con anteojos Oculus (soporte de un celular que permite visualizar de manera inmersiva tecnología para videos 360) las alumnas pudieron visualizar los videos grabados por sus familias, como si estuvieran nuevamente en sus casas.
Gracias a esta tecnología, las internas podían mirar en todas direcciones y ver a sus seres queridos, en espacios cotidianos y familiares. “Las familias participaron con mucho entusiasmo y, de la forma más cotidiana, grabaron el video contándole a la interna de la cárcel, cómo se veía su antigua pieza, qué estaban almorzando, o simplemente mandando saludos y cariño”, señala Catalina sobre la filmación, cuya postproducción estuvo a cargo de Christian Nawrath, cineasta y post productor de color.
El proyecto continuará su segunda etapa replicando la experiencia en el C.P.F de Valparaíso, con hombres y mujeres. Al igual que en San Joaquín, habrán proyecciones especiales con la presencia de destacadas realizadoras chilenas, así como también una segunda experiencia de realidad virtual.
El taller es planteado por Catalina como un espacio diferente, y al mismo tiempo necesario, en el contexto de las internas, para la reflexión personal y social: “La relación entre las internas y sus familias, se ve quebrada debido a la privación de libertad, y esta experiencia les permite volver a ‘conectarse’ con ellos, recorriendo sus espacios más íntimos y cotidianos utilizando la tecnología y la virtualidad como una herramienta cercana, y al cine como instrumento de narración”.
La realizadora adelanta que trabaja con su equipo para llevar este ejercicio a un nivel de interacción inmediato, utilizando la reproducción vía streaming, con el fin de que los internos puedan volver a casa de manera momentánea y virtual, y además, puedan entablar un dialogo directo con sus familias.
