El Museo de la Solidaridad Salvador Allende (MSSA) presentó su primer ciclo expositivo 2017 con una nueva imagen que busca representar el espíritu crítico y vanguardista que en mayo de 1972, lo vio nacer como un gesto solidario, utópico y sin precedentes, en el que artistas de todo el mundo donaron obras con el propósito de formar un museo para el pueblo de Chile.

Caracterizado por su amplia mirada ética y estética, hoy el museo cuenta con una de las colecciones más importantes de América Latina – con obras de artistas como Joan Miró, Alexander Calder, Lygia Clark, Roberto Matta, Joaquín Torres-García, Julio Le Parc, entre otros-, y mantiene su compromiso original bajo los principios de fraternidad, arte y política, que buscan facilitar el acceso, la circulación y la difusión de su historia y colección con fines culturales y educativos.

“Utopía” hubo tras los distintos procesos históricos que dieron origen al Museo de la Solidaridad y la conformación de su colección desde 1971. Utopía es un “no lugar” que se anhela, busca o construye, y requiere de voluntad, energía y exploración. Crisis, por su parte, son procesos o resultados desencadenados por situaciones insostenibles de intensa dificultad, conflictos, cambios abruptos. Se dice que la falta de utopía provoca crisis, que se requieren utopías en tiempos de crisis, pero las utopías también viven sus propias crisis.

A través de una selección de obras de países presentes en la Colección MSSA –de artistas como Anders Aberg, Gracia Barrios, Adigio Benítez, Rafael Canogar, Antonio Dias, Alfredo Jaar, Kimmo Kaivanto, Wojciech Krzywoblocki, Claude Lazar, Josefina Robirosa, Jorge Santa María y Dom Sylvester Houèdard-,esta exposición busca relevar un contrapunto de miradas de los artistas respecto a algunas crisis de modelos políticos e ideológicos, como también su peculiar representación de lo utópico. Realizadas entre 1967 y 2010, las obras permiten descubrir el particular abordaje emprendido por los artistas desde sus distintos entornos locales, experiencias y lenguajes creativos.

Algunos, desde el ejercicio de la función social del artista, visibilizan situaciones de crisis y representan procesos históricos de inspiración utópica; otros, nos invitan a descubrir y explorar en sus obras construcciones poéticas de aquel “no lugar”, como micro universos de utopía sólo accesibles a través del imaginario fantástico desplegado artistas.