En la obra que se presenta hasta el jueves en la Sala de la Universidad Mayor, 7 actores españoles y mexicanos hablan de sus familias, de sus recuerdos vinculados a lo que están haciendo en el escenario: preparando cada cual un plato que le trae recuerdos amables y entrañables.

Mientras transcurre la obra, van surgiendo olores que se mezclan, llenan la sala y, así, a cada espectador le despertarán sensaciones y recuerdos diversos, únicos, personales, pudiéndolos –o no- transportar a momentos de la infancia.

México y España tienen culturas culinarias profundas, por eso se entiende tan bien lo que pasa allí, donde los actores hablan de sus madres, nanas, tíos, abuelos, relacionados a sabrosos recuerdos culinarios. Recuerdos de platos caseros, sencillos, campesinos, hechos con cariño.

No faltan en el montaje diversos guiños a Chile, desde alguien que quiso venirse a vivir al sur de América, pasando por Rodrigo Rojas, o la interpretación de un tema de Víctor Jara.

Lo anterior acompañado de un cantor flamenco que da ambiente y que, por momentos, suma a los demás integrantes de la compañía Vaca 35. Y es que cocina (y mundo rural) y música, así cantada en forma simple, colectiva, tarareada, están muy ligadas.

El mensaje de la obra es claro: la cocina y la comida casera, preparada en común, rompe barreras, hermana. Es fuente de vida y, como tal, aleja las violencias, atenúa las diferencias, las discriminaciones. Es una invitación potente a compartir.

Los puntos débiles de Cuando todos pensaban que habíamos desaparecido están, precisamente, en la esencia de la obra misma: mientras hablan desde el corazón y desde el estómago (recuerdos y vivencias familiares y gastronómicas), todo fluye, es creíble y genera empatía, identificación con personajes o algunos pasajes. Cuando se hace más cerebral, como las referencias a la Guerra Civil Española, las matanzas en México como en diversas partes del planeta (incluyendo Siria y Chile), la obra se hace menos creíble, más cercana a una declaración de principios, un saludo intelectual que no involucra las entrañas de los actores. (Aunque puede ser que nosotros hayamos desarrollado una particular sensibilidad en este aspecto después de años de testimonios de familiares de detenidos desaparecidos).

Lo anterior se refuerza en el hecho que, cuando los actores se enfrascan en una pelea entre mexicanos y españoles referida a violencias, cesantía y pobreza actuales, ésta se hace real, vital.

Después de la obra, EM (c)

Al finalizar la obra, la compañía invita a los espectadores a comer lo que han cocinado, generando un espacio distendido que invita a conversar , compartir, a quedarse en el hermoso patio de la Universidad.

Cuando todos pensaban que habíamos desaparecido

Compañía Vaca 35
Dirección Damián Cervantes
País México – España
Duración 1 h 30 min. sin intermedio
Recomendación +12
Idioma Español

17 y 18 de enero, a las 21:30 hrs
Facultad de Artes de la Universidad Mayor
Santo Domingo 711, Santiago.