Juan Luis Ysern, Obispo emérito de Ancud, participó en la Mesa de Patrimonio Mundial para Chiloé, donde se pronunció sobre los desafíos que presenta el desarrollo económico a la identidad y patrimonio del archipiélago.

El padre Ysern fue una de las personalidades presentes en la constitución este viernes de la Mesa de Patrimonio Mundial para Chiloé, conformada por diversas instituciones públicas; actores de la sociedad civil tales como el Colegio de Arquitectos, la Red de Cultura, representantes de las comunidades indígenas, de artesanos, productores agrícolas, del mundo del turismo, entre otros, junto al Gobernador Provincial de Chiloé, Pedro Bahamondez y el Vicepresidente Ejecutivo del Consejo de Monumentos Nacionales, Ángel Cabeza.

La instancia tiene como objetivo sentar las bases del trabajo para el diseño de un plan integrado de gestión del patrimonio de Chiloé en todos sus reconocimientos internacionales.

“A Chile entero le debe interesar que Chiloé no deje de ser Chiloé”, dijo Ysern sobre la necesidad de impulsar un diálogo que conduzca a un acuerdo de cómo enfrentar los desafíos futuros para el archipiélago. “En este esfuerzo, se deben crear las condiciones para que todos participen”, añadió.

El objetivo central es “trabajar por el patrimonio vivo de Chiloé, en un espíritu de minga, a un diálogo con los diversos actores, desde lo público como lo privado que considere como fundamento central el trabajo con las comunidades, que son los verdaderos sujetos para la construcción del futuro”, señaló la autoridad religiosa.

Ysern llamó a superar los desencuentros, los egoísmos y a entender que el patrimonio no está disociado del desarrollo. “El patrimonio es vida, es movimiento, es cambio. No podemos pretender que Chiloé no tenga desarrollo, que vengan las empresas. Hoy las comunidades tienen muchas más necesidades que antes, lo importante es dialogar para definir cómo entran estas empresas, cómo ganamos todos, tenemos que crecer con solidaridad, con espíritu de minga pues ese es el gran patrimonio de Chiloé, de su cultura, de su gente”. Asimismo, recordó que el sentido del patrimonio mundial es entender Chiloé como una cultura que la humanidad esta interesada en salvar y las iglesias, junto a su patrimonio alimentario, y la biodiversidad de su ambiente son signos de esa cultura.

Por último, recalcó que, “Chile debe considerarse responsable del fortalecimiento de la cultura de la minga expresada en sus templos de madera y en la ruralidad.”

El reconocimiento mundial del patrimonio chilote

El año pasado se cumplieron 15 años del Sitio de Patrimonio Mundial Iglesias de Chiloé reconocido por Unesco. Mientras, el 2012, Chiloé recibió la categoría de Sistema Ingenioso de Patrimonio Agrícola Mundial por parte de la FAO.

La historia del Obispo Ysern es parte de la historia reciente del Archipiélago

Juan Luis Ysern es actualmente obispo emérito del Obispado de Ancud. Durante casi tres lustros fue Obispo de Chiloé. Es tal vez la voz más cercana y reconocida por su defensa de la cultura chilota, cultura solidaria traducida en minga e internacionalmente reconocida a través de sus iglesias Patrimonio de la Humanidad.

En 1976, durante la dictadura militar y luego de un proceso de negociaciones con el gobierno y los empresarios logró detener el proyecto japonés de explotación del bosque nativo conocido como Proyecto Astillas.

Fue una de las voces más importantes para lograr la declaratoria de las Iglesias de Chiloé como Patrimonio de la Humanidad. Un largo proceso iniciado por la diócesis de Ancud el año 1976 a través de un convenio con la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Chile para implementar proyectos de recuperación patrimonial en comunidades locales a través del “Programa de Protección y Desarrollo del Patrimonio Arquitectónico de Chiloé”.

Gracias a su impulso en el año 1997 logró poner en marcha, en convenio con el Ministerio de Agricultura el proyecto denominado “Agroturismo Chiloé”, proyecto que sentó las bases para el agro turismo en Chile.