Rusia llora este jueves la muerte de la vieja gloria del circo soviético Oleg Popov, de 86 años, el payaso más anciano del mundo que seguía actuando.

Popov fue víctima de un paro cardíaco en su hotel durante una gira en Rostov-sur-le-Don, en el sur de Rusia, según informó el director del circo local, Dimitri Reznitshenko.

“Su corazón se detuvo”, declaró a la agencia de prensa rusa RIA Novosti. “No se quejó de ningún (dolor), estaba simplemente mirando la televisión”.

El cuerpo del payaso será repatriado a Alemania donde vivía con su familia desde la caída de la URSS, precisó Reznitshenko.

El payaso célebre en el mundo entero nació en Moscú en 1930 en el seno de una familia modesta que no tenía vínculo alguno con el circo. A los 14 años, Popov entró en la escuela de circo de Moscú donde aprendió a hacer malabares y a caminar sobre una cuerda al mismo tiempo.

A los 19 años empezó su carrera en el seno de la Compañía de Estado del circo donde se abrió camino en 1954, cuando tuvo que reemplazar al payaso principal que se había lesionado.

Dos años más tarde participó en la primera gira internacional de un circo soviético, organizada por las autoridades con el fin de mejorar la imagen de la URSS en el mundo.

“Había logrado crear esa imagen única de un payaso excéntrico, capaz de iluminar (el circo) apareciendo sólo una vez. Cada una de sus actuaciones era una fiesta”, declaró el ministro ruso de Cultura Vladimir Medinski, que presentó sus condolencias en un comunicado.

El gran circo de Moscú saludó su “contribución inestimable a la historia del arte circense ruso y extranjero” y la compañía rusa del circo subrayó el “talento proteiforme” del payaso.