La fiscalía federal de Estados Unidos anunció que pedirá la pena de muerte para Dylann Roof, acusado de haber matado a nueve feligreses afroamericanos en una iglesia de Charleston, en Carolina del Sur, la peor matanza racista en la historia reciente de Estados Unidos.

Roof, de 22 años, se integró a una clase vespertina de estudio de la Biblia en la Iglesia Metodista Episcopal de Charleston y mató a los nueve alumnos con un arma Glock calibre 45. Tres personas sobrevivieron a la matanza.

Roof fue detenido en Carolina del Norte al día siguiente del ataque, perpetrado el 17 de junio de 2015.

Luego del hecho se encontraron fotos de Ross sosteniendo armas y una bandera confederada -considerada por muchos estadounidenses un símbolo racista- al igual que un sitio web con contenidos racistas que le fue atribuido.

“Conforme al riguroso procedimiento de revisión del Departamento para tomar en cuenta todos los asuntos factuales y legales, he decidido que el Departamento de Justicia pedirá la pena de muerte“, anunció la fiscal general de Estados Unidos, Loretta Lynch.

“La naturaleza del presunto crimen y el daño que causó forzó esta decisión”, agregó.

Ross ha sido imputado por la matanza en tribunales federales y del estado de Carolina del Sur.

En otro documento presentado ante el tribunal federal de distrito en Charleston, los fiscales detallaron una serie de agravantes que, según ellos, justificaban una ejecución.

Roof “ha expresado odio y desprecio hacia afroestadounidenses (…) y su animosidad hacia los afroestadounidenses jugó un papel en los asesinatos”, detallaron los fiscales Julis Richardson y Nathan Williams en el documento que también señalaba que Roof “demostraba una falta de remordimiento”.

Todavía no se sabe cuándo comenzará el juicio federal. El juicio estatal, en el que Ross también se arriesga a la pena capital, comenzará el 17 de enero.

En julio del año pasado, Roof se declaró no culpable de varios crímenes de odio.

Los abogados de Roof no respondieron inmediatamente a una solicitud de comentar el pedido de la fiscalía, pero anteriormente han expresado que su cliente prefiere evitar ser ejecutado y está dispuesto a declararse culpable de los crímenes que se le imputan a cambio de ser condenado a cadena perpetua.