No es una situación excepcional lo que le sucede a los protagonistas de este montaje de Camila Le-Bert (“Chicos tóxicos”, “Latino”), dramaturga y directora de la compañía Teatro del Carmen.

En tono de comedia, con mucha vivacidad y buen desempeño actoral (sin considerar a un tercer actor que interpreta varios personajes que parecen fuera de foco), José y su polola Aurora captan con horror (él más que ella) que les cambiaron el país y que sus expectativas laborales son ilusorias, al regresar luego de hacer un postgrado en Literatura Comparada, en Nueva York.

Pese a luchar con fiereza para cambiar el destino, la sensación de extrañamiento y profundo desajuste va emergiendo y nunca desaparecerá.

Entonces, la obra los hará girar como peregrinos por diversas situaciones típicas de la vida cotidiana, que se presentan como ejemplos para describir y denunciar los vicios de la sociedad de mercado y su desprecio por la cultura.

Inevitablemente, esta subvaloración y los intentos fracasados ponen también en crisis la relación de pareja, un efecto de desánimo que –sin duda- refleja una situación más generalizada y compleja.

“Chan!” fue escrita durante el Taller de Dramaturgia del Royal Court Theatre en Chile, y se exhibe en el marco del programa Teatro Hoy 2016.

Punto de vista

Sobre una funcional e interesante pasarela no lineal, el montaje se va desarrollando a través de escenas independientes que muestran experiencias incómodas que suman y suman motivos para el quiebre total de José.

Como los temas que se abordan son relativamente conocidos y han sido tratados en otros montajes (alusiones a juegos, música, programas de televisión clásicos adolescente-juveniles), el espectador siempre estará esperando que asome el punto de vista propio de esta propuesta.

Para lograrlo no basta con una terminología coincidente con el natural espíritu crítico de los jóvenes, aunque corresponda a un modo legítimo de ver la realidad.

Tanto el título de la obra -“Chan!” (mejor dicho “¡chaaan!”, alude a una palabra usada para subrayar el final de una conclusión, sea positiva o negativa- como el humor, la capacidad de jugar con ironía a través del texto y la actuación, incluso, con temas dolorosos, forman parte de la soltura y vivacidad de una escritura con habilidad técnica.

En realidad, la obra, funciona en una vertiente del concepto de teatro joven, con la batuta de una dramaturga y directora con casi una década de trayectoria.

Y aunque es valioso el mecanismo lúdico que prevalece, llama la atención la mirada adolescente que, al final, predomina en este montaje, tanto en la elección de los materiales escénicos que se utilizan como en el nivel de interpretación que propone el texto.

Teatro del Puente. Parque Forestal s/n. Fono 2 2732 4883. Martes, miércoles y jueves, 20.00 horas. Entrada general $ 6.000; estudiantes y tercera edad $ 4.000. Hasta el 1 de Junio).