Muchas personas -incluyéndome- nos preguntamos por qué el personal del Zoológico de Santiago sacrificó a los leones que atacaron al hombre que ayer entró en su jaula, presuntamente con la intención de suicidarse, en vez de adormecerlos con tranquilizantes.

La respuesta vino del mismo recinto y lo corroboré en documentos de otros zoológicos: el protocolo internacional es que cuando la vida de una persona está en peligro, se debe disparar a matar a las fieras ya que ningún anestésico produce efecto inmediato (el promedio son 10 minutos), tiempo crítico para evitar la muerte de la persona.

De hecho sólo el mes pasado, el zoológico de Palm Beach en Florida, Estados Unidos, fue criticado precisamente por lo contrario. Luego de que una tigresa atacara sorpresivamente a su cuidadora, el personal decidió tratar de adormecer a la felina en vez de matarla.

El resultado fue fatal. La tigresa tardó en dormirse y los paramédicos no pudieron llegar hasta la mujer a tiempo para salvarla. Murió en el lugar.

Aquel caso fue más complejo pues ocurrió dentro de un área de confinamiento, donde un tiro errado podría haber acertado a la propia cuidadora. En el caso de ayer los cuidadores sí intentaron primero ahuyentar a los leones con dardos, uno de los cuales alcanzó al suicida, quien ahora permanece en riesgo vital debido a que la dosis de anestésico -preparada para felinos de gran tamaño- le produjo un paro cardíaco.

Este es un caso donde tristemente todos son víctimas. El hombre, Franco Ferrada, claramente tenía problemas mentales y no es más culpable que los leones, que sólo reaccionaron según su naturaleza.

El personal del zoológico siguió sus procedimientos y hoy lamentan la muerte de “Manolo” y “La Gorda”, quienes llevaban años viviendo en el zoológico; la hembra tras ser confiscada a un circo.

luc.devroye.org

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Quizá la única pregunta válida tras este trance es: ¿realmente necesitamos seguir teniendo zoológicos? Hace un siglo, la única forma en que una persona podía conocer a un animal exótico era viendo sus dibujos -ni siquiera fotografías- en revistas, por lo que los zoológicos eran recintos valiosos de estudio y conocimiento.

Pero hoy, en una era de Internet y Animal Planet, ¿sigue siendo válido que encerremos animales por el placer de verlos? Si no se trata de santuarios de rehabilitación -como el Buin Zoo- para mí no tiene sentido.

Demos un paso adelante como Costa Rica y ya que finalmente tomamos la decisión de prohibir los circos con animales, demos un paso más y prohibamos estos recintos -irónicamente- antinaturales.

Christian F. Leal Reyes | Facebook
Periodista
Director de BioBioChile