Por estos días la Región de Los Lagos se viste de rojo. El fenómeno que afecta las mareas de la X Región amenaza con traer consecuencias devastadoras para la economía regional. Los últimos informes del Ministerio de Salud confirmaron la presencia de “alexandrium catenella”, alga con elevado nivel de toxinas que puede ser perjudicial para el consumo humano. El contagio a la fauna de la zona fue inevitable, especialmente a los moluscos, debido a la capacidad de éstos de acumular toxinas, y el Gobierno decretó prohibida la de extracción de mariscos en la zona afectada.

Malas noticias para la actividad laboral. Actualmente, según el último informe de empleo entregado por el INE del trimestre móvil enero-marzo, Los Lagos es la región con menor tasa de desocupación a nivel nacional. En efecto, para el período analizado la tasa de desempleo registró un 2,5%, muy por debajo del 6,3% promedio del país. La caída en el empleo que causará este evento todavía no está registrada, y es esperable un aumento en la tasa de desempleo, provocado por la mencionada limitación a la extracción de moluscos en la zona. Para dimensionar, agricultura y pesca representan un 18,7% del total del empleo de la X Región. Una inactividad de casi tres meses sin duda deberá impactar en los índices de empleo, sobre todo para una rama muy absorbente de mano de obra, como es la pesca.

No es la primera vez que la zona sufre de la marea roja; ya en años anteriores se vivieron episodios complejos para nuestros devotos de San Pedro que hoy ven muy disminuidos sus ingresos, dependientes en gran medida de la costa marítima. Un enfriamiento de la actividad impactará en otros ámbitos, por lo demás. Menor empleo y generación de ingresos se traduce en menor consumo, los indeseados colaterales que tiene siempre la menor actividad laboral.

En términos de producto interno bruto, la rama silvoagropecuaria aporta cerca del 18% del total producido en el país. Sin embargo, descontando la agricultura y ganadería, el peso de la pesca disminuye fuertemente, reflejando la baja representación pecuaria en el producto de la región.

Hoy por hoy, el malestar de los trabajadores se ha dejado sentir, y podemos ver una serie de protestas y solicitudes a las entidades gubernamentales para dar solución al problema. El enardecido ambiente podría causar otro deterioro a la actividad económica, al no permitir el normal funcionamiento de la región. Sin duda el empleo será la gran víctima del impredecible fenómeno de la marea roja, pero en materia de producto bruto, queda la pregunta de si se producirá el contagio en la misma proporción.

Luz María Koch
Docente Universidad Finis Terrae

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