Día a día, y especialmente los fines de semana, quienes acuden al Terminal de Buses Ardea, del sector Collao, en Concepción, deben vivir prácticamente un caos vial y que no es debido al clásico atochamiento conocido por la comunidad, sino que ahora se agravó considerablemente producto de los trabajos y el cierre de la calle Tegualda.

El ensanchamiento de esta precaria, pero vital calle produjo el bloqueo de la entrada principal del rodoviario, por lo tanto el acceso se reduce sólo a la avenida Collao, confundiendo a los usuarios quienes, frente a la mínima señalización, optan por salir directamente hacia la autopista Bonilla, por la misma loza donde ingresan los buses, generando tacos en un lugar, donde no hay locomoción ni medidas de seguridad para los peatones, menos un sector para recoger o dejar pasajeros.

Por la avenida Collao sólo se puede acceder hasta la esquina del Terminal, donde la única entrada es guiada por una angosta vereda llena de obstáculos, como hoyos, desniveles y carritos de comida, impidiendo el libre tránsito o la evacuación en caso de emergencia.

Los usuarios siguen confundidos, considerando que la mayoría es población flotante, que no conoce las “mañas” de estas obras para llegar a tomar la locomoción, y concuerdan en que “no se entiende nada” para llegar al terminal, además de las precarias medidas de seguridad.

La falta de información es la crítica en la que concuerdan quienes conviven con este terminal; sin embargo, el administrador del rodoviario, Tito Medina, informó que la única manera de tomar o dejar pasajeros en vehículos particulares es por el estacionamiento del terminal, y explicó que para ello los conductores deben tomar General Novoa, virar en Villarrica para llegar a Collao.

Estos trabajos son de exclusiva responsabilidad de la Municipalidad de Concepción; según el director de Construcciones del organismo Domingo Godoy, el proyecto debería estar entregado a fines de septiembre; sin embargo, afirmó que es posible abrirlo parcialmente, eso si, no antes de dos meses como mínimo.

El director de Tránsito de la Municipalidad, Sergio Marín, reconoció que estas obras, que durarán por lo menos 5 meses, tienen problemas de señalización, indicando además que no existe alternativa para las personas discapacitadas.

Marín agregó que los pasajeros deben evitar entrar y salir por el lado de avenida Bonilla, ya que ese acceso es sólo para buses y no está habilitado para peatones.

Por el momento, y a sólo un par de días de que se cerrara la calle Tegualda, el caos, la desinformación y sobre todo la confusión de los usuarios es total.

Radio Bío Bío constató que las vías de escape son pequeñas y están obstruidas, el estacionamiento está prácticamente escondido, la locomoción resulta lejana, y además los trazados sólo para “conocedores” del sector complejizan un escenario que se mantendrá por lo menos por 140 días más, y que aún no enfrenta un fin de semana largo.