Japón reafirmó este jueves que la campaña de la candidatura de Tokio para los Juegos Olímpicos de 2020 fue “limpia”, después de nuevas informaciones de prensa sobre pagos que podrían estar relacionados con la obtención de la sede.

La justicia francesa investiga desde diciembre sospechas de corrupción en la concesión de los Juegos Olímpicos de 2016 a Rio y de los de 2020 a Tokio.

El periódico británico The Guardian habló este miércoles de pagos por un total de 1,3 millones de euros a una cuenta ligada a Papa Massata Diack, hijo de Lamine Diack, expresidente caído en desgracia de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF).

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“Según lo que conozco de los hechos, el proceso de candidatura de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 se realizó de manera limpia”, declaró el portavoz del gobierno, Yoshihide Suga, en respuesta a una pregunta sobre ese artículo durante una conferencia de prensa.

“Japón responderá a cualquier eventual petición de la justicia francesa” pero no tiene intención de interrogar al equipo de Tokio 2020 por las informaciones de la prensa, precisó.

“Creemos que los Juegos se concedieron a Tokio porque esa ciudad presentó la mejor candidatura”, señaló por su parte la portavoz del Comité de Organización de Tokio 2020, Hikariko Ono, preguntada por la AFP.

The Guardian escribió el miércoles que “entre las transacciones objeto de las sospechas figuran 1,3 millones de euros aparentemente enviados por las instancias de la candidatura de Tokio o personas actuando por ellas” hacia una cuenta secreta en Singapur.

El clan Diack

Una fuente próxima a la investigación confirmó este jueves que jueces de instrucción franceses están investigando la cuestión.

Los pagos a la empresa Black Tidings de Papa Massata Diack, uno de los hijos de Lamine Diack, se remontan a 2013, año de la obtención de los Juegos de 2020 por Tokio. Lamine Diack era entonces presidente de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) y tenía asiento en el Comité Olímpico Internacional (COI).

Los pagos fueron descubiertos en el marco de la investigación judicial que ya llevaban a cabo los jueces franceses sobre un posible sistema de corrupción para ocultar casos de dopaje en el atletismo ruso. La competencia de la justicia francesa se explica por el hecho de que pudo haber fondos que fueron blanqueados en París.

La fiscalía nacional financiera (PNF) de Francia abrió en diciembre de 2015 una segunda investigación judicial, confiada a tres jueces de instrucción, principalmente por corrupción, asociación de malhechores y blanqueo en banda organizada, explicó la fuente próxima a la investigación.

En el marco de la primera investigación judicial, Lamine Diack fue imputado por corrupción junto a otras dos personas, como sospechoso de ocultar casos de dopaje a cambio de dinero. Su hijo, Papa Massata Diack, tiene una orden de arresto internacional por parte de la justicia francesa.

Los organizadores de Tokio 2020 ya habían tenido que enfrentarse a sospechas de corrupción. Incluso el presidente del COI, Thomas Bach, afirmó a principios de marzo que “no hay pruebas por ahora” de esa corrupción.

Las anteriores sospechas habían sido apuntadas en un informe de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) sobre el dopaje en el atletismo ruso, publicado en enero. Una nota a pie de página señalaba una conversación entre Khalil Diack, otro hijo de Lamine Diack, y responsables turcos, según la cual “Turquía perdió el apoyo de LD (Lamine Diack)” para la organización de los Juegos de 2020 “porque no había pagado la cantidad de cuatro a cinco millones de dólares de patrocinio de la Liga de Diamante o de la IAAF”.

“Según la transcripción (de la conversación), los japoneses pagaron esa cantidad”, añadía la AMA

La candidatura de Tokio 2020 ganó en septiembre de 2013 a la de Estambul en la segunda ronda de votación por 60 votos a 36.