Casi una década después de que Argentina le cerró la llave del gas, Chile está listo para reexportarle gas natural, un hito histórico que muestra el desarrollo del mercado energético chileno, según analistas.

Los envíos se realizarán por los mismos gasoductos por los que a partir de la década de los 90 Argentina comenzó a exportar gas a Chile, que llegó a recibir casi 22 millones de metros cúbicos por día de su vecino y que debió afrontar la paulatina disminución del suministro hasta que la llave se cerró definitivamente en 2006.

“Estamos listos para empezar a entregar gas cuando Argentina lo requiera”, confirmó a la AFP una fuente de la empresa francesa Engie (exGDF Suez), controladora del gasoducto Norandino.

Este gasoducto inicialmente trasportaba gas natural desde la localidad de Pichanal, en la provincia argentina de Salta hasta Antofagasta.

Ahora en dirección contraria, los envíos chilenos saldrán desde la planta regasificadora de Gas Natural Licuado (GNL) en Mejillones.

También se usará el gasoducto GasAndes, que con una extensión de 463 km entre Mendoza y San Bernardo.

Argentina debió recurrir al gas chileno al ser insuficiente los envíos desde Bolivia y pagará por más del doble de lo que lo hace por el boliviano, en lo que es considerado igualmente como un “ahorro” por las autoridades argentinas frente a la otra opción de generación que es el diésel.

Argentina pagará por el gas chileno siete dólares la unidad de medida (millón de BTU) frente a los tres que cuesta el boliviano y los 10 que vale el diésel.

Chile suministrará a Argentina a razón de 5,5 millones de metros3 al día, un poco más del 20% de las exportaciones de gas argentinas.

Hito energético

“Pasar de ser un importador neto de energía a exportarla es uno de los grandes hitos del mercado energético chileno“, comentó a la AFP Isabel González, gerente de la consultora ‘Energética’ y una de las negociadoras chilenas de los protocolos de cooperación energética entre Chile y Argentina en los noventa.

La posibilidad de exportar gas es el resultado de las “buenas decisiones que se tomaron en el pasado” para hacer frente al crítico escenario que se abrió en el momento en que Argentina comenzó a cortar el suministro de gas, sin honrar sus compromisos, por una disminución de sus reservas y un fuente aumento de la demanda interna.

En medio de la crisis energética desatada, Chile decidió hacer millonarias inversiones para la construcción de plantas regasificadoras de GNL, que le permitieron hoy tener plena autonomía en el suministro, al adquirir el hidrocarburo en los mercados internacionales.

También diversificó su matriz energética y apostó fuertemente por las energías renovables no convencionales, especialmente la solar.

Con la decisión de exportar, Chile logró aprovechar la extensa infraestructura de gasoductos desplegada en todo el país.

Según el ministro de Energía chileno, Máximo Pacheco, con estos envíos, que significarán para Chile un aporte de 180 millones de dólares anuales para la economía local, “se abre una nueva etapa en la integración energética entre Chile y Argentina”.