El Partido Nacional Escocés (SNP) ganó las elecciones al parlamento escocés pero perdió la mayoría absoluta, según resultados finales difundidos este viernes que comprometen sus aspiraciones secesionistas y les obligarán a formar coalición para gobernar.

El SNP ganó 63 de los 129 escaños en las elecciones del jueves, cuya otra gran sorpresa fue que los laboristas cayeron a la tercera posición, con 24 escaños, por detrás de los conservadores (31), en esta región del norte de fuerte tradición obrera y contestataria en la que fueron hegemónicos hasta hace poco.

Respecto a las elecciones de 2011, los nacionalistas perdieron seis escaños, los conservadores ganaron 16 y los laboristas, que no dejan de perder influencia desde que apoyaron al unionismo en el referéndum de independencia de 2014, cedieron 13.

Poco antes de conocerse los resultados finales, cuando la victoria nacionalista era segura, la jefa del SNP, Nicola Sturgeon, se congratuló por la victoria “histórica” de su partido.

Ya está claro que el SNP ha logrado un tercer mandato consecutivo” en el parlamento, dijo Sturgeon aunque todavía no ha terminado el recuento de votos. “Es histórico para el SNP”, añadió.

El objetivo del SNP en estas elecciones era fortalecer su hegemonía local y lograr un mandato para reclamar un nuevo referéndum de independencia, algo que podrían hacer después del 23 de junio, día del referéndum sobre la Unión Europea, si Escocia vota a favor de quedarse pero la salida triunfa en el conjunto del país.

“Creemos que el Parlamento de Escocia debe tener el derecho de organizar otro referéndum (…) si hay un cambio significativo respecto al contexto que prevalecía en 2014, como que Escocia sea retirada de la la UE en contra de su voluntad”, decía el programa del SNP para estas elecciones regionales.