El presidente de Bolivia, Evo Morales, fue absuelto este jueves por una comisión parlamentaria que lo investigó por tráfico de influencias en favor de una empresa china que firmó millonarios negocios con el Estado, y donde su expareja era alta ejecutiva.

“No hay una sola prueba que confirme la teoría de tráfico de influencias con el presidente Evo Morales y eso está en la documentación, en las declaraciones de los testigos y en todos los documentos que esta comisión ha investigado”, informó la presidenta de la comisión, de mayoría oficialista, Susana Rivero.

La comisión fue formada a pedido del propio Morales en febrero pasado, con el argumento de que “no tenemos nada que ocultar”.

Un día antes el mandatario había solicitado a la Contraloría “investigar los procedimientos administrativos” en el proceso de contratación entre el Estado y la firma CAMC, de la que su expareja Gabriela Zapata, una joven de 28 años, era ejecutiva.

CAMC se adjudicó con el Estado siete contratos por un valor de 576 millones de dólares, en distintas áreas.

A raíz de una denuncia periodística sobre tráfico de influencias, Morales, de 56 años de edad, admitió una relación sentimental con Zapata, entre 2005 y 2007, cuando la joven tenía 18 años de edad. Un hijo fue fruto de esa relación, aunque posteriormente falleció, según la versión del mandatario.

El informe de la comisión, rechazado por un sector de la oposición, señaló que “no existe una sola prueba que evidencie uso indebido de influencias en los procesos de contratación analizados”.

Según el documento, “ni los entrevistados, menos ciudadanos particulares, medios de comunicación o asambleístas aportaron elementos que vinculen al presidente Evo Morales Ayma con los procesos de contratación, con la suscripción de los contratos o con decisión alguna relacionada a la empresa china CAMC”.

La expareja de Morales se encuentra en tanto en la cárcel sometida a otra investigación judicial por enriquecimiento ilícito.