El periodista de Canal 13, Ramón Ulloa, siempre ha mantenido un perfil serio y profesional, nunca se ha prestado para hablar de su vida personal y menos familiar. Sin embargo, esta semana hizo una excepción y terminó emocionando a todos con su relato.

Ulloa se unió a una serie de rostros que quiso rendir un homenaje a sus madres escribiéndoles una carta que sería publicada en la última edición de la revista Paula. En ella el comunicador se sinceró y contó los duros momentos que vivió su familia antes de su nacimiento.

Habría sido egoísta no compartir esta historia de amor, e ingrato de mi parte haber desperdiciado la ocasión de homenajear a quien sin haberme ‘dado’ la vida, me la regaló por completo”, escribió en la publicación.

La gran familia del profesional es oriunda de Voigue, una pequeña isla parte de un archipiélago menor que se encuentra dentro del archipiélago de Chiloé. En ese lugar, su madre biológica, Candelaria, se enteró que no tendría sólo un hijo, sino que dos: la mujer esperaba mellizos que se unirían a los siete niños que ya tenía.

Canal 13

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“En esos lugares y en esos tiempos, las parteras ayudaron a nacer a quizás cuántos niños. Varios de mis hermanos vinieron al mundo así. Nosotros no”, comentó en la carta. “Un embarazo de esas características no podía ser atendido allí con seguridad. Mi madre debió viajar a Castro varios meses antes y aún así el parto fue complejo. Enfermó y, si bien regresamos a la isla, su estado le impidió ocuparse de la casa, del resto de mis hermanos y del cuidado especial que requeríamos los mellizos”, agregó.

Por esta razón los tíos del periodista, Ema y Onofre, decidieron hacerse cargo de él, algo que sería transitorio, pero que terminó siendo para toda la vida. “Y fue así como Ema se cruzó en mi vida o yo en la de ella –no lo sé bien– para transformarse también en mi madre”, contó.

Con el tiempo, el pequeño Ramón comenzó a enfermar y la “cercanía a médicos y hospitales que significaba vivir en Puerto Montt fue haciendo cada vez más difícil mi regreso”, dijo.

No recuerdo una conversación especial donde me hayan contado todo esto. Sencillamente siempre lo supe. No necesité de sicólogos ni de terapias para asumir mi historia. Simplemente el amor hizo su obra. La sencilla y modesta sabiduría de aquellos a quienes reconocí como mis padres me permitió ver lo afortunado que fui“, explicó.

Su salud no mejoró mucho hasta la adolescencia e incluso a los 10 años desarrollo una hemofilia, un trastorno que provoca que la sangre no coagule normalmente.”Nunca olvidaré su rostro lloroso cuando un paro cardiorrespiratorio doblegó mis fuerzas. Si es cierto que al rozar la muerte uno ingresa a algo así como un túnel luminoso, puede ser que ese día estuve ahí. Fue ella lo último que vi y también recuerdo que fue su sonrisa lo primero que me recibió al salir de ese estado“, reconoció el conductor de TeleTrece.

“De no haber sido por ella, por sus cuidados y su amor, hoy yo no estaría contando esta historia. Y vaya que me costó hacerlo, porque suelo ser muy celoso de mi intimidad. Sin embargo, cuando me invitaron a escribir sobre mi mamá, no pude negarme”, dijo.

Ema falleció hace ocho años, mientras que su madre biológica hace apenas cinco meses. “Alguien me preguntó si el dolor se multiplicaba perdiendo a dos mamás. Le respondí que cuando dos madres te aman no queda espacio para el lamento, solo para la alegría”, finalizó.