Como suele ocurrir en las comedias realizadas en Chile, “Toc Toc” también descansa, casi en un cien por ciento, en la capacidad histriónica de su elenco.

Más aún, si en este montaje intervienen en los roles principales dos actores con formaciones distintas, pero ambos especialistas en el género: Roberto Nicolini y Sebastián Layseca.

Con la dirección de Jesús Codina (“Pijamas”), esta obra de buen teatro comercial, ingeniosa e inteligente, escrita por el francés Laurent Baffie, según la versión en español de Julián Quintanilla, cumple con sus objetivos y mantiene al público con la carcajada viva.

De partida, el autor oculta muy bien una gran sorpresa en la sencillez de su trama: seis personas que padecen Trastorno Obsesivo Compulsivo (Toc) coinciden en la consulta de un siquiatra… pero como el tipo tarda en llegar y ellos no quieren perder la hora de la cita, y luego de cierta indecisión, deciden hacer terapia de grupo.

Entonces, mientras exhiben sus trastornos de manera inevitablemente espontánea, cada uno cuenta el origen de su trauma y por qué desean sanar de este problema.

Tics generalizados

En realidad, el Trastorno Obsesivo Compulsivo lo pueden sufrir hombres y mujeres, más allá de las condiciones socioeconómicas y de edad, por más diversas que sean.

Uno de ellos, compulsivamente, lanza fuertes groserías; otro no puede caminar sobre las rayas de un piso… así, de manera sucesiva, cada cual muestra su padecer y la arista cómica y, a veces, bastante cruel, que la caracteriza.

Era obvio que, en esta etapa de conocerse entre extraños surjan ciertos conflictos en el grupo, junto con asomarse algunos rasgos personales.

Todos tienen traumas personales, pero incubados en una sociedad contemporánea que los estimula: la soledad, la competitividad excesiva, el machismo, los miedos, la autoestima erosionada, los prejuicios forman parte del perfil de estos personajes, que exacerban y/o agravan sus conductas.

La escenografía, la iluminación y otros resortes técnicos y artísticos, como la línea de actuación, son básicos y funcionales: una buena parte del tiempo el elenco actúa desde su puesto, en el semicírculo que forman las sillas que ocupan.

Y son los actores Roberto Nicolini y Sebastián Layseca quienes destacan en esta comedia que hace reír a carcajadas utilizando las manías físicas y sicológicas de esta patología de ansiedad.

El carisma de Nicolini, probado mil veces en sus unipersonales, se acomoda con facilidad en el conjunto del relato; mientras que Layseca se mueve sin trabas, incluso, utilizando muletillas, para interpretar a un taxista simpático, oportunista, canchero, y deseoso de amar y ser amado.

Una propuesta que entretiene de principio a fin en la cuerda de la comedia que mira de manera risueña la dura vida, a partir de los tics cotidianos.

Sala Mori Vitacura. Avda. Bicentenario 3800. Fono 22240 3222
Jueves, viernes y sábado, 20.30 horas. Jueves y viernes, $ 12.000; Sábado, $ 15.000. Hasta el 26 de Junio.