El presidente estadounidense, Barack Obama, llega este domingo a Alemania para una visita de dos días en Hannover, probablemente la última al país de su “amiga” Angela Merkel, uno de sus socios más importantes en Europa.

“Orgulloso de que Angela Merkel sea (su) amiga”, el mandatario no dejó de elogiar a la canciller en vísperas de su quinto viaje a Alemania, que efectuará desde Londres.

“He trabajado con ella más tiempo y más estrechamente que con ningún otro dirigente, y en estos años he aprendido de ella (…) Está guiada a la vez por intereses y por valores”, dijo Obama en una entrevista al diario más leído de Alemania, el Bild.

Interlocutora de Obama durante los dos mandatos de éste en la Casa Blanca, Angela Merkel recibirá al presidente norteamericano la tarde de este domingo en el castillo de Herrenhausen en Hanóver. Luego inaugurarán el salón industrial de esta ciudad, el más importante del mundo, en el que Estados Unidos es este año el país socio.

En el salón se espera que Obama y Merkel aprovechen su presencia ante los empresarios para promover el acuerdo de libre comercio actualmente negociado entre la Unión Europea y Estados Unidos.

La secretaria estadounidense de Comercio, Penny Pritzker, dijo a la prensa alemana que Washington quiere “un acuerdo este año”.

Las negociaciones del acuerdo, conocido por los acrónimos TTIP o Tafta, no avanzan realmente, y el proyecto tiene cada vez más detractores a ambos lados del Atlántico. En Hanóver, decenas de miles de personas se manifestaron el sábado contra el megaproyecto.

El lunes, Obama pronunciará un discurso sobre su visión de las relaciones transatlánticas. Tras éste participará en un encuentro, siempre en Hanóver, con la canciller, el presidente francés François Hollande, el primer ministro británico David Cameron, y el jefe del gobierno italiano, Matteo Renzi.

La relación entre Obama y Merkel, sin embargo, nunca fue del todo fácil. Durante la crisis del euro, Washington reprochó a Berlín su rigidez ideológica en cuanto a la disciplina fiscal. La relación se tensó sobre todo en 2013, al descubrirse las escuchas de la agencia estadounidense de inteligencia NSA al teléfono celular de Angela Merkel.

Sin embargo, los dos dirigentes se acercaron al coincidir en su postura firme respecto a Rusia en la crisis ucraniana, o durante las negociaciones que desembocaron el año pasado en un acuerdo sobre el programa nuclear iraní.