¿Alguna vez se imaginaron que una cabeza de ‘chancho’ estaría en medio del clásico más importante del mundo? Pues esta inusual anécdota ocurrió en España un sábado 23 de noviembre de 2002, en uno de los choques más recordados por los hinchas, tanto del Barcelona como el del Real Madrid.

Aquella historia tiene un solo protagonista: Luis Figo. El portugués llegaba al Camp Nou por segunda vez con el Madrid tras marcharse del cuadro azulgrana tres temporadas antes. 120 mil personas lo esperaban aquella noche lluviosa en Barcelona.

Como era de esperar el recibimiento no fue muy acogedor. Los culés aún no le perdonaban a Figo que se hubiese marchado al Real Madrid y con fuertes mensajes en las gradas como ‘ya eres un puto blanco’, ‘Figo traidor’ o ‘no soy madridista, soy mercenario’, los aficionados le hicieron sentir al luso todo su odio.

Y se entiende, pues Figo no se fue en buenos términos del Barcelona. El portugués llegó a Madrid el 21 de octubre de 2000 por 60 millones de dólares (el primer fichaje galáctico de Florentino Pérez), aparentemente por dinero, especuló la prensa española.

“Tomé la decisión justa al cambiar Barcelona por Madrid porque sentí que los dirigentes no me reconocían como me merecía”, confesaba el luso tras su llegada al conjunto blanco. Todo esto hizo que la expectación por este partido fuese tremenda.

Pero regresemos al disputado duelo. Previo al encuentro las cámaras buscaban sin cesar a Figo y al salir ambos equipos al campo de juego el estadio se vino abajo. Un mar de pifias y un primer plano al capitán de la selección portuguesa fue el preludio de lo que sucedería más adelante.

La mesa estaba servida, el árbitro pitó el inicio del encuentro y el ‘infierno’ de Figo comenzó.

El duelo no estuvo a la altura de lo que se esperaba y tras un primer tiempo de mucho roce ambas oncenas se fueron al descanso. Se venía el segundo round y allí el portugués viviría el peor momento de su carrera.

Segundo tiempo y el luso frente a un tiro de esquina, el más difícil para Figo. Acudió a la ejecución y de inmediato los hinchas comenzaron a lanzarle toda clase de objetos. Botellas de bebida e incluso una de whisky.

Tras dos intentos fallidos el portugués logró cumplir con el lanzamiento y el portero del Barcelona mandó el balón nuevamente al córner.

Desde el otro extremo del campo Figo acudió, pero no logró ejecutar el tiro de esquina.

La furia de la hinchada se dejó caer en el Camp Nou y el partido se debió suspender durante 15 minutos. En ese lapsus las cámaras comenzaron a captar insólitas imágenes que dieron la vuelta al mundo.

Las botellas en el campo de juego eran conocidas, pero apareció un inusual objeto que llamó la atención de todos: una verdadera cabeza de ‘chancho’.

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“Yo no la había visto (la cabeza de ‘chancho’). Si no, me habría comido un poco. Un aperitivo. No se te puede pasar por la cabeza que alguien pueda meter en el estadio una cabeza de cerdo o una botella de whisky. Esto no es deporte… Entiendo lo que es la rivalidad y lo que está más allá de la rivalidad. He jugado Juve-Inter, Inter-Milan y el mundo no llega a su fin”, declararía el luso años después en el libro “Miedo y Asco en la Liga”.

“Debo ser uno de los primeros deportistas que tuvieron que jugar un partido con ciento veinte mil personas en contra. Me preocupaba que algún loco pudiera perder la cabeza”, confesaría el ’10′ de los ‘merengues’.

Volviendo al partido y luego de 15 minutos de espera Figo lograría ejecutar el tiro de esquina. El partido terminaría igualado sin goles pero este clásico quedaría en la historia por ser uno de los más polémicos.