Un narcotraficante que se quiso identificar como Doctor D., ha revelado la adicción de la que era víctima el cantante Prince, hallado muerto el pasado jueves en su casa en Minnesota.

En una entrevista exclusiva con el diario británico Daily Mail, el dealer del artista comentó que fueron 25 años (entre 1984 y 2009) en los que le suministró diferentes drogas.

En específico, el Doctor D. le entregaba píldoras de Dilaudid –también conocido como ‘Dillis’– y parches de Fentanilo, ambas altamente adictivas.

El hombre detalló que Prince sufría de pánico escénico, por lo que era muy común para él subir drogado ya que le permitía estar tranquilo y sobrellevar las horas de actuación sin problemas.

Producto de lo anterior, Doctor D. estima que su médico habría contribuido accidentalmente a su muerte, ya que le habría recetado analgésicos por su problema a la cadera, lo que habría chocado con las drogas que secretamente consumía hasta su muerte, unos opiaceos.

“Él tenía miedo a salir a la calle, de hablar con la gente y no le gustaba subir al escenario. Tenía el peor caso de miedo escénico que jamás haya visto”, recuerda el vendedor.

Según reveló, varios artistas dependen de medicamentos para sentirse seguros en el escenario, sin embargo en el caso de Prince era mucho mayor.

Sobredosis

El sitio sobre celebridades TMZ, que dio en exclusiva la noticia del fallecimiento, aseguró que Prince fue tratado hace menos de una semana de una sobredosis de Percocet, un analgésico que contiene opio.

Su avión privado tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia el viernes 15 de abril, tras dar un concierto en Atlanta (Georgia, sureste), para que fuera atendido en un hospital de Moline (Illinois, noreste).

Sus representantes dijeron entonces que la fuerte gripe contra la que llevaba varias semanas luchando había empeorado en pleno vuelo y que necesitó tratamiento para paliar la crisis.

Pero TMZ lo puso en duda. “Varias fuentes en Moline nos dicen que Prince fue llevado de urgencia al hospital y que los médicos le dieron un ‘save shot’ (inyección de neutralización, NDLR), que generalmente se administra para contrarrestar los efectos de un opiáceo”.