Talleres, música en vivo, bailes y la presencia de los vehículos participantes de la competencia, fueron los atractivos de la tercera jornada de la Carrera Solar.

Sin dudas un panorama ideal para la familia, donde los más pequeños pudieron mirar y escuchar con asombro lo que se les explicó acerca de todas las cosas que se pueden hacer con el poder del sol.

Mientras comenzaba poco a poco a alejarse las nubes y salir los imponentes rayos del astro rey, los niños (as), tuvieron la oportunidad de construir un auto solar que les permitió entender cómo funcionan los vehículos de la carrera.

Pablo Valdez, padre de uno de los alumnos del taller, cuenta las razones de traer a su hijo de siete años a conocer la energía solar.

La motivación de los niños fue sorprendente, cada cable que unían era un mundo nuevo que descubrían. El taller se desarrolló de manera didáctica e interactiva con la finalidad de acercar la energía solar a los ciudadanos. Rinaldo Verdi, asesor de proyectos de la ruta solar, cuenta porqué nace la idea de crear este taller.

La presencia de la música y el baile fue otro de los atractivos de la jornada, el grupo encargado de embellecer y cautivar a los presentes con es Tinkus Ruphay Masis, que en quechua significa “amigo de la luz del sol”. Ellos con trajes llenos de colores, hacen una significativa representación de la danza del Tinku. Esta agrupación nace en el año 2012, inspirados por la cultura de los países nortinos y motivados por la transmisión de sus significados a través del baile.

La danza realizada representa el contacto con la tierra y el amor a la pachamama. Jorge, representante del grupo, cuenta con alegría la importancia de exhibir estas danzas ancestrales y también hace hincapié en la importancia que tiene que los niños conozcan estos bailes.