Muchas veces el término de una relación sentimental genera un profundo sufrimiento tanto en una de las partes, como en ambas.

Hay quienes sostienen que pocas cosas en la vida son tan dolorosas, e incluso traumático, como el fin de una relación junto a la persona que -pensabas- era el verdadero amor de tu vida.

Después de todo, aquel sujeto puso todos sus esfuerzos en solucionar aquellos problemas o conflictos que se pueden haber generado junto a su pareja, por lo que después de una ruptura, queda una sensación de “fracaso”.

¿Alguna vez has sufrido terriblemente debido al término de una relación?

Un nuevo estudio realizado por Carol Dweck y Lauren Howe, del departamento de psicología de la Universidad de Stanford, concluyó que el rechazo hace que algunas personas se redefinan ellos mismos, y sus perspectivas románticas.

En la primera parte de la investigación, le pidieron a diferentes personas que escribieran una lección que hayan aprendido luego de un rechazo sentimental.

CBS Films

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Luego de analizar las respuestas, descubrieron que algunos creían que este rechazo desenmascaraba una verdad negativa de ellos, la que por cierto podría volver a poner en riesgo una futura relación.

Algunos se dieron cuenta de que eran demasiado absorbentes, mientras que otros resultaron ser “demasiado sensibles” o poco comunicativos.

Por su parte, otro grupo de personas señaló que estos rechazos en el amor, son simplemente una parte de la vida, lo que representa un aspecto importante de la maduración y que de hecho los ayuda a ser mejores personas.

Considerando que otros estudios exploran las consecuencias de creer que el rechazo puede revelar fallas fundamentales en la personalidad de cada uno, las investigadores llegaron a la pregunta: ¿Qué hace que algunos vinculen un quiebre sentimental con un aspecto “de lo que realmente son”?

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“Nosotras creemos que las creencias sobre la personalidad pueden determinar si la gente ve el rechazo como evidencia sobre quién realmente son, como un signo de si son personas defectuosas e indeseables”, sostienen las autoras del trabajo según consignó la revista norteamericana Time.

De esta manera, las psicólogas clasificaron a las personas en dos grupos: los que piensan que la personalidad no se puede cambiar, y quienes en cambio sostienen que la personalidad sí puede ser moldeada.

En el primer grupo, si el sujeto es sumamente posesivo y celoso, probablemente repetirá esta conducta en futuras relaciones. En cambio, otras personas tienen la capacidad de tomar un quiebre como una lección de vida, lo que les permitirá buscar la manera de no repetir los errores que pudieron haber cometido en relaciones pasadas.

En resumidas cuentas, el estudio indica que el único que puede manejar la situación eres tú mismo, dependiendo de la forma en que veas una ruptura amorosa.